IMAGINA UN MUNDO DE AMOR


El amor es encuentro entre seres. El amor tiene el poder de alimentar las acciones de la vida. Si el amor forma parte de nosotros, contamos con un propulsor armonizante, de encuentro, de aceptación, de ilusión, de abrazo, de crecimiento, que además, da mayor sentido al vivir.

El amor produce comprensión, deja el juicio de valor de lado, ama sin necesidad de hacer o tener que demostrar nada. 

El amor requiere amar sin más. 

El rechazo es falta de amor y falta de compresión del otro. El amor diluye el rechazo. Necesitamos de amor para vivir como seres humanos felices. El rechazo al otro, por considerarlo diferente en raza, religión, forma de pensar, y cualquier juicio de valor que nos lleve al rechazo, no es más que una falta de consciencia de lo que realmente es un ser humano.

El ser humano vive la vida en función de factores familiares, sociales, culturales, que forman parte de su entorno. De ahí que seamos diversos. Y ahí está, lo bonito en el ser humano, entender la diversidad y amarnos libremente apartando los programas que nos hacen enjuiciar y rechazar la diferencia. 

Amar implica mayor consciencia para no dejarse llevar por los programas del juicio.

Amar también requiere de mayor consciencia, para mantener una distancia de seguridad sobre aquellos, que por programación personal producen daños a la vida. Al mismo tiempo, amar desde la distancia al que no ama, en un buen acto de amor.

El amor es una energía no contaminante que solo requiere voluntad de amar. El amor es la energía universal sin efectos secundarios. El amor produce cambios emocionales que mejora el planeta y la vida.

Imagina como John Lennon en "Imagine" un planeta nuevo, vivo, de encuentro, de aceptación, de abrazo, de ilusión. Imagina que esto es posible, pues podemos crearlo si empezamos a imaginarlo y practicarlo.

Imagina que el amor es el motor y alimento de nuestra vida. 

Feliz año nuevo. Feliz amor.

  

AGRADECER TAMBIÉN ES AMAR

El agradecimiento conecta la vida y es alimento para al ser humano. 

Agradecer con plenitud la experiencia de vivir, caminando hacia aquello que armoniza la vida, tu vida y la mía.

Agradecer es amar, amar sin apegos, amar respetando la vida en su totalidad. El Amar también necesita apartar el juicio de valor o destructivo.

Agradecer también es aceptar, aceptar la vida y sacar lo máximo de ella desde las posibilidades personales de cada ser. Agradecer lo material, forma parte de nuestra vida y vivencias.

Agradecer que cualquier ser humano está viviendo la vida, he intentando hacer las cosas lo mejor que sabe. Buscando sentido, buscando ilusión, buscando amor. Siempre con la intención de ser feliz. Agradecer que todos somos necesarios para vivir. Agradecer que el agricultor nos aporta alimentos, agradecer que el constructor nos hace casas, agradecer que el maestro nos da formación, agradecer que los padres nos dan la vida y un punto de partida, agradecer...

Agradecer que nuestro cuerpo físico aporta infinitas posibilidades y podemos hacer uso del mismo a voluntad. Agradecer a nuestras células, nuestros órganos, nuestros huesos, etc... por encargarse de mantener nuestro cuerpo con vida.

Se puede estar agradeciendo sin parar. Y "PARAR", también es importante para conocerse, sentirse, valorarse, escucharse y amarse sin ningún tipo de condicionamiento mental o físico. 

Te deseo felices fiestas y que el amor y el agradecer impregnen tu esencia. Y pueda, puedas y podamos amarnos sin condiciones. Desde el respeto, el encuentro, la aceptación.

Felices fiestas y felices encuentros.

LLEGO EL DÍA Y LA ÉPOCA


Siempre me he preguntado por la forma correcta de vivir la vida. La respuesta llegaba corriendo a través de los clanes sociales, religiosos y familiares. Que siempre han sido y son los portadores de respuestas.

Haz esto, haz lo otro, hay que hacer esto aquí, esto allá y así uno va formándose y respondiendo al día a día. 

Llego un día en que lo que me aportaban los clanes me era insuficiente para estar tranquilo y en paz conmigo. Después de buscar, vivir y a veces sufrir, las respuestas fueron llegando poco a poco o a su debido tiempo. 

Haz lo que sientas, haz lo que te aporte paz, plenitud, tranquilidad, armonía y amor.

La siguiente etapa, fue aprender a empezar a sentir, a saber sentir, a saber lo que uno siente y distinguir lo que uno siente a pesar de de todo el ruido que llega de fuera.

Ruido en forma de "ahora toca". Ahora toca celebrar, ahora toca regalar, ahora toca viajar, ahora toca ir de fiesta, ahora toca, y un sin fin de ahora toca.

Y me pregunto yo, ¿Quien programa el ahora toca?

La respuesta está bastante clara y mencionada al inicio del texto.

Y quizá "ahora toca" vivir haciendo lo que siento y sintiendo lo que hago.

La época de caminar hacia donde marcan los clanes siempre estará ahí para vivirla cuando a uno le apetezca. Llego la época del empoderamiento personal, en el que uno ha de elegir su camino y caminar. Llego la época de caminar respetando y respetándose, llego la época de vivir presente y caminar consciente. Llego la época en la que una vez despierto o quizá memos dormido tenga que hasta construir su propio camino. Llego la época en que el autoconocimiento me acerca a tener la vida que deseo. Llego el momento de la rebeldía sabia para respetar y respetarse haciendo lo que a uno le demanda su ser. Llego el día en que para amarse se necesita saber sentir y sentirse.

Como toda experiencia personal, esta puede que sea la de uno o más de uno. Y también, puede que no sea la tuya. No importa. Cada uno tiene que hacer lo que sienta.





VALORAR, ACEPTAR Y AMAR


Valorar es un acto de amor. Nos ayuda mucho el contraste. Aquello que no nos agrada, ayuda a valorar lo que nos gusta. Desde esta perspectiva, lo que gusta y lo que no gusta forma parte de nuestro propio aprendizaje y autoconocimiento.
Valorar las cosas que tenemos, la vida, la salud, la amistad, el amor, la oportunidad de crecer cada día mirando todo como un  niño ilusionado ante la llegada de los reyes magos o la magia de un ilusionista.
Valorar distanciándonos del juicio de valor, que corroe la valoración objetiva y tiene poca o nula perspectiva. Pues todo lo que gusta y lo que no gusta forma parte de la vida. Todo sirve.
La caída sirve para aprender a andar, sin caída no hay aprendizaje.
Así pues, valoremos con amor toda circunstancia de la vida, toda persona, ser, o experiencia pues de ahí sacaremos nuestra realidad y quienes somos.
Desde la azotea del amor, el caminar se vuelve algo más ligero.
Desde una consciencia más acorde a nuestra verdadera esencia se vive más alineado hacia nuestro propósito de vida.
Desde el agradecer cualquier experiencia, se siente el ser humano mejor.
Desde el abrazar sin juicio de valor al otro se divisa una perspectiva agradable y feliz.
Desde el autoconocimiento personal se valora, acepta y ama la vida en su totalidad.

DEL ENAMORAMIENTO AL AMOR


Ana a sus casi cuarenta, ha vivido bastantes experiencias en su vida, ya se encuentra en esa edad que es punto de inflexión en la existencia de la mayoría de seres humanos.
Realiza un trabajo vocacional y dedicado a los demás. Ha estado enamorada de forma ingrávida y sutil durante muchos años de su pareja. Y ha empezado a sentir que ya no lo ve igual, que ya no siente las mariposas de los primeros años.  
Esto la lleva desconcertada, alberga dudas sobre su amor. Se maneja entre compartir lo que siente con su amiga del alma. Necesita compartir lo que vive y siente. Y por su puesto, tiene miedo de hablarlo con su pareja.
En un acto de valentía y necesidad comparte sus emociones con su amiga Isabel.
Isabel viene de experimentar estas dudas también en su relación. Ella ha estado investigando y buscando respuestas a sus sentires y por su vida han pasado libros de crecimiento personal, además, ha realizado diferentes cursos de formación enfocados todos al autoconocimiento. 
Viene impactada por los últimos cursos de autoconocimiento, donde ha despertado mayor consciencia personal y empoderamiento para vivir desde su sentir.
Ha llegado a entender que nuestros sentires están marcados por nuestro programa personal de creencias. Entiende que no se puede generalizar lo que pensamos desde nuestra mirada, ya que  nuestra mirada tiene el enfoque de nuestra programación personal. Y que nuestra programación mental obedece a nuestras experiencias en los clanes donde nos hemos desarrollado. Ya tiene claro que vemos a los otros con nuestras lentes, graduadas solo para nosotros. Y entiende, que el enamoramiento es un momento especial a vivir, en el que no llevamos gafas, lo cual nos ayuda a sentir las emociones ingrávidas y sutiles. Y el día que nos colocamos nuestra gafas vemos y sentimos según nuestro propio programa. 
Isabel cerveza en mano, hace consciente a Ana de esto y la invita a amar con gafas, con todos sus programas. La hace consciente de que uno de los retos de la vida es amar conscientemente, observando todos los pensamientos internos y buscando a que se debe esa forma de ver la vida y pensar. También, la invita a cambiar creencias por otras que la lleven a vivir mejor y más feliz.
Ana ahora es consciente de que a través del autoconocimento, tiene la oportunidad de vivir lo que es el amor verdadero. Ahora es consciente de que puede necesitar cambios de lentes a medida que vaya viviendo la vida y experimentándola.



MEJORANDO LA VIDA


Este post está dedicado para todas aquellas personas que dedican tiempo y recursos para mejorar la vida de otros.
Lo hagan desde donde lo hagan, gracias.
El planeta tiene seres humanos que a través de sus acciones, colaboraciones, dedicaciones, aporte de recursos, generan cambios muy importantes en la vida de otros seres humanos con menor acceso a educación, salud, alimentación, calidad de vida, etc...
Por ellos y por lo que aportan, gracias.
En el fondo es un acto de amor ayudar a otros, desde el ofrecimiento y la aceptación de la ayuda. Nunca desde la imposición.
Conviene solicitar permiso, ofrecer y esperar su aceptación. 
Amar, también es participar en generar una vida mejor en el planeta.
A veces no se necesitan grandes gestas, a veces con vivir con amor es suficiente.
Gracias a todos y en especial a aquellos que sienten la necesidad de participar en la mejora de la vida de una persona, o un ser vivo. 
La vida es perfecta para nuestro crecimiento y las personas estamos inmersas en ella.  Todo ser  humano en su esencia más íntima desea el bien. Así que celebremos la oportunidad de crecer en conjunto y con amor para crear vida de encuentro y colaboración.

EDUQUEMOS HACIA LA PAZ, LA ARMONÍA Y EL AMOR


La paz, el amor, la armonía se pueden alcanzar cuando el ser humano se escucha y se concede lo que demanda su propio ser. 



No existe receta alguna, existe mirarse y empezar a caminar según el propio sentir. 

Puede ser interesante preguntarse de vez en cuanto, el motivo por el cual camino y hacía dónde camino. Y darse la oportunidad de parar a escucharse en caso de perder la propia señal y con posibilidad de retomar la dirección en caso de pérdida. 

Necesitamos una mochila de viaje propia. La misma tiene nombre de “mochila de autoconocimiento”. Dentro de la misma podremos encontrar: 

· Miedos 

· Ilusiones 

· Estados de necesidad 

· Creencias personales 

· Inhibidores del sentir 

· Juicios de valor 

· Juicios de discernimiento 

· Amor 

· Paz 

· Armonía 

Y otros puntos a los que atender y conocer para caminar hacia la paz personal, el amor y la armonía. 

La mochila de “autoconocimiento personal” es única. Es tu mochila y no puede ser comparada con la de nadie. Solo sirve al dueño y portador de la misma. 

Lo bonito y al mismo tiempo maravilloso es que esa mochila se puede decorar, se puede utilizar, se puede modificar y nos permite cambiar lo que lleva dentro en función de nuestro propio crecimiento, desechando aquello que ya no nos es útil. Como por ejemplo el miedo o los juicios de valor. 

Como propuestas educativas eduquemos. 

Eduquemos para que todos seamos conscientes de la mochila personal del “autoconocimiento” que permite al ser humano ser cada vez más humano y reconocer lo que demanda su ser. 

Eduquemos para transformar una sociedad que demanda amor, paz y armonía. 

Eduquemos desde el sentir verdadero y no desde egoísmos personales o sociales que dificultan el camino hacia el bien personal y social. 

Eduquemos hacia la propia aceptación y la aceptación de los demás. 

Eduquemos hacia la felicidad. 

Eduquemos hacia el encuentro y la libertad. 

Eduquemos hacia el autoconocimiento. 

Eduquemos hacia la paz, la armonía y el amor.

EL CAMINO DE JUAN

Juan es un ser de mediana edad muy especial, vivió su juventud sin rebeldía hacia lo establecido por la sociedad. 


En algunos momentos sentía un vacío, y no sabía de qué. Como muchos, los fue llenando de actividades para no sentir aquello. En su proceso de cumplir años y pasar a la adultez, fue consiguiendo estudios, trabajos, experiencias. Al mismo tiempo, deambulaba con sus miedos y por momentos sus vacíos. 

Su autoestima se apoyaba en el hacer y el trabajar. Vivía experiencias personales que no quería, hacia cosas que no sentía, ya que no tenía claro lo que quería ni lo que sentía hacía él y hacía otros. Así pues, hubo de vivir y experimentar relaciones que no le aportaban lo que él necesitaba y que además lo vaciaban y se sentía mal. 

Un día su cuerpo enfermó, y esto agravó su autoestima. Perdió la ilusión y la esperanza. No encontraba sentido a vivir. El trabajo donde se apoyaba anímicamente también le empezó a dar problemas. Con lo cual aquellos vacíos que ocultaba tras hacer cosas salieron como fantasmas a su encuentro. 

Juan hubo de recurrir a médicos, terapeutas, para empezar un proceso de cambio, que lo llevó hacia su propio autoconocimiento. 

En su proceso, inició cambios personales. Cambios hacia hacer lo que sentía. Consecuentemente inició un proceso que le acercase a saber sentir, saber que le demanda su ser, su corazón. No le fue nada fácil, sentir conscientemente era nuevo. Además de sus dudas internas encontró el rechazo de seres cercanos que ni entendían el cambio ni lo aceptaban. 

Juan no era totalmente consciente de que a su lado tenía a María, que desde que iniciaron su relación de pareja siempre fue el apoyo incondicional, además de la paciencia y la portadora de la fe que en ocasiones Juan perdía. 

Con el paso del tiempo, Juan fue madurando, conociéndose, aceptándose, amándose, creyendo más y más en sí mismo. Escuchándose y direccionando su vida hacía su sentir. Tuvo que desprenderse de creencias que antes le hacían sentir culpable y de juicios propios y ajenos. 

Con este cambio, Juan empezó a amar, a sentir, a empatizar con la vida. 

Y Juan ahora es más feliz, más consciente, juzga menos, ama más, se siente, hace lo posible por hacer aquello que demanda su interior y cuando las cosas nos salen como desea, se trata con y trata con amor a todo. 

La vida es el camino hacia nuestro propio conocimiento personal. Todos anhelamos felicidad y el camino para ello es hacia dentro. Autoconocimiento a tope💪.


DEL VIEJO MUNDO HACIA...

Allí abajo, donde reside el desánimo, donde habita la falta de amor, donde reside el dolor. Es un lugar estrecho y oscuro, un lugar donde el alma aprende y el cuerpo padece. 

¿Hasta cuando el ser humano va a necesitar el sufrimiento cómo forma de aprendizaje?

¿Cuando el dolor propio o ajeno dejará de estar en el menú?

Este viejo paradigma de aprendizaje sufriendo y quizá haciendo sufrir está demasiado presente en nuestras sociedades.

La fórmula parece ser el amor a uno mismo y a los demás, dejando atrás lo egoísmos personales, las identificaciones territoriales exacerbadas y otros anclajes que nos hacen ver poco y sentir menos aún. 

La línea del cambio apunta a que a de producirse en conjunto, todos o por lo menos gran parte de la sociedad, que desde la voluntad demanden una sociedad igualitaria, cooperativa, colaborativa y con la tenacidad suficiente para cambiar de modelo social.

Abandonar el rencor, el odio y abrazar el encuentro y el amor entre seres humanos es el puente hacia ese nuevo mundo donde no reside el dolor. 

El puente lleva tiempo en construcción. ¿Nos unimos al proceso?.

LA VIDA QUE SIENTO...


La vida que siento hoy, es la vida que voy creando en el transcurrir de los días y de las semanas. Yo tengo el poder de cambiar las emociones si decido que pensamientos alimentar o dejar pasar. 

Estar presente en mi, implica decidir que pensar, que sentir y que vivir. 

Tenemos el poder de decidir qué sentir, pero para ello necesitamos hacernos cargo de nosotros mismos. 

Parar, meditar, reflexionar, escucharse, conocerse, jugar, celebrar, discernir nos puede ayudar en el proceso. 

En definitiva alimentar nuestra vida con aquello que realmente demanda nuestro corazón. 

Mientras caminamos hacia nuestro sentir verdadero, podemos intentar vivir como niños descubriéndonos en el juego que para ellos es la vida.


AUTOCONOCIMIENTO PARA DAR SENTIDO A LA VIDA



Puede que haya un momento en la vida de cualquier ser humano que se plantee el sentido de su vida. Como seres con consciencia, ese momento puede llegar. 

Llegado ese momento, tenemos la gran posibilidad de atendernos o mirar hacia otro lado. Todo vale. 

Si la opción es sumergirte, quizá esta sea la tarea más importante que emprendas hacia ti. La cual puede que no te reporte nada material y sí, algo vital como tu propio sentido de la vida. 

Los beneficios de encontrar sentido a tu propia vida, pueden ser: 

· Motivación 

· Ilusión 

· Esperanza 

· Amor 

· Propósito 

Es necesario para hallar el sentido a la vida, dedicarse espacios de tiempo para sentirse, para conocerse, para saber que demanda tu esencia. Aquí no vale seguir a otros, aquí vale seguirse, seguir a tu corazón. Y para ello hay que dedicar algo de tiempo a uno mismo. Hay que ir al gimnasio de sentir personal. 

Es esencial querer descubrir quién soy en esencia y quien creo ser según la educación adquirida y recibida. 

Es esencial amarse incondicionalmente y como consecuencia, que ese amor no esté sujeto a ninguna acción o creencia. “Me quiero” sin peros. 

Es esencial “humorizar” los dramas de la vida. 

Es esencial dejarse llevar por lo que uno siente por dentro, observando los pensamientos que tenemos y que en muchas ocasiones nos boicotean el sentir. 

Es esencial el silencio. 

Es esencial el encuentro con un mismo, libre de distractores que nos llevan fuera a habitar espacios vacíos. 

El autoconocimiento es la llave/herramienta para ir encontrando tu propio sentido. Y el amor la linterna que alumbra el camino y su dirección. 

Para encontrar tu propio sentido lo has de buscar en tu interior a través de sentir lo que tú mismo demandas. No busques fuera lo que llevas dentro. Y déjate llevar por ti mismo. 

Confía en ti e inspírate en otros. Y camina según tu sentir.

FELICIDADES VIDA

Foto propiedad de la ONG Amor en Acció.


Hay muchísimos motivos para celebrar la vida y más cuando podemos y estamos en condiciones de tomar las riendas de la misma y ser dueños de lo que queremos vivir. Podemos y tenemos la posibilidad de ir moldeando nuestra vida hacia nuestro verdadero sentir. 

Con la decisión de hacerlo, y la suficiente perseverancia tenemos a nuestro alcance vivir la vida con la consciencia suficiente para que se vaya convirtiendo en un disfrute. 

En el saco personal estilo papa Noel hay que ir colocando nuestros propios regalos: voluntad, ganas, ilusión, autoestima y mucho amor. Mucho amor a uno mismo y a los demás. 

Hay que ser un niño con ojos brillantes que se ilusiona ante cualquier acontecimiento, siempre esperando ese buen momento de los regalos. Y ya de adulto convertirse en ese niño-adulto que se auto regala ilusión, amor, abrazos, encuentros, caricias y sus ojos brillan como los de ese niño que fue y es. 

Celebra la vida y celebra el poder decidir cómo vivirla y sentirla. 

Diseña tu vida hacia tu sentir.

LO ESENCIAL EN MIS RELACIONES

Foto de la ONG Amor en Acció


Las relaciones personales están condicionadas al programa de creencias que cada ser humano tiene en su cerebro. Si es de tu interés cambiar el modelo de relación con los otros, se atisba la necesidad de cambiar de creencias. 

En nuestra educación primera se nos enseña a como relacionarnos a través del ejemplo, principalmente. Y las primeras personas que nos transmiten esto son nuestros familiares. Ellos lo hacen de forma directa e indirecta. Luego está el clan social, el clan cultural, y otros clanes… 

Si uno siente la necesidad de cambiar el modelo de relacionarse pues no acaba de sentirse satisfecho, tiene una oportunidad maravillosa para hacerlo. Necesita conocerse y observase. 

Para poder hacer autoconocimiento, es interesante analizar el concepto o imagen que tenemos de uno mismo y de los demás. 

Como punto súper interesante, habría que responder o definir: ¿Qué pienso de mí?, ¿cómo me trato?, ¿cómo me relaciono conmigo mismo? Responder estas tres simples preguntas puede dar respuesta a como me relaciono con los demás. 

El concepto que tengo de mí mismo también guarda relación con el concepto que tengo de los demás. Si soy una persona muy exigente es muy probable que lo sea con los otros, si me valoro poco, es muy probable que valore poco a los demás. 

Si siento la necesidad de ser amado, posiblemente he de empezar por amarme. 

Por tanto, ante la necesidad de cambiar la forma en que me relaciono, he de cambiar la forma de relacionarme conmigo mismo. 

Si quiero ver las personas desde una nueva visión, quizá más amorosa, he de amarme. 

Por otro lado, abrir consciencia, pues yo veo a los otros desde mi prisma mental. Además, los demás actúan desde su propio programa personal de creencias y yo desde el mío. 

A la hora de hacer un juicio de valor o de discernimiento, he tener presente que actuamos y pensamos en base a un programa personal de creencias. Esto nos puede ayudar a entendernos y entender cómo vivimos la vida y nuestras relaciones. 

Otro paso interesante para crecer es ser suficientemente humildes para no creer que nuestro programa de creencias es el mejor, pues pasaríamos a despreciar a los que tienen otro u otros programas. Tampoco creer que es el peor, pues nos veríamos por debajo de otros. 

Nuestro programa es el que es y en nuestras manos está la posibilidad de cambiarlo por otro que se ajuste más a nuestro sentir personal. Un programa que nos haga ver con un enfoque más alineado a lo que demanda el verdadero sentir. 

¿Y qué demanda nuestro verdadero sentir? 

Esta respuesta está dentro de cada ser. Y solo la puede responder uno mismo si es capaz de regalarse espacios de tiempo a sentirse y conocerse. Mirar hacia dentro apagando distractores externos. 

Aquí surge la necesidad de buscarse espacios para estar solo y desde el silencio aprender a sentirse y conocer lo que demanda nuestro corazón. El corazón es un órgano emocional que no sufre la programación social del momento y por lo tanto, está conectado con nuestra esencia. 

En esencia todo ser humano necesita amor y amar. Si decidimos vivir desde el verdadero sentir, nuestra vida y nuestras relaciones subirían de octavas. Y el programa de creencias lo utilizaríamos para jugar, trabajar y para reírnos de él, en lugar de que sea él mismo el que nos marque nuestras relaciones y nuestra vida consciente. 

Bienvenido a la era del autoconocimiento que nos permite vivir desde el sentir, y que nos conduce hacia una vida más ligera e ingrávida, una vida más luminosa, más amorosa, más compartida, con relaciones de calidad, de amor, de empatía y verdadera amistad, con dosis de menos egoísmo, materialismo y consumismo. Más alineada con nuestra verdadera esencia. La esencia del AMAR.

COMPARTIR




Foto propiedad de la ONG Amor en Acció.


Compartir lo que uno siente es bello, compartir tiempo, trabajo, risas, escuchas, dinero, servicio, engrandece al ser que comparte e inspira al ser que recibe. 

Compartir está y ha de estar libre de juicio de valor. 

Cuando un ser comparte es porque ha descubierto en el hecho, una forma de mejorar la vida. 

Compartiendo de corazón mejoramos, crecemos, ayudamos, elevamos el nivel emocional, y sobre todo participamos en la creación de un mundo mejor. 

Bienvenidas las personas que se sienten en la necesidad de compartir y ayudar a otros seres. Bienvenidas las ONGs, Fundaciones, y cualquier organismo, que con sus acciones generan calidad de vida a otros. Bienvenidas todas aquellas personas que un día se fueron a cualquier lugar del planeta a aportar conocimientos o servicios. Bienvenidas las personas que se involucran en su entorno para mejorarlo. 

Nacemos sin nada material y moriremos sin nada material. Quizá lo que nos llevemos es la satisfacción de haber dejado un mundo mejor. 

Feliz viaje terrenal hermanxs.

EL PROPÓSITO PERSONAL




La búsqueda y la necesidad de encontrar sentido en la vida está íntimamente ligada a encontrar o tener uno o varios propósitos personales. 

Como dijo Viktor Frankl en su libro “El hombre en búsqueda del sentido”. Conoce el porqué de tu existencia, créate o descubre tu misión en la vida y podrás soportar casi cualquier circunstancia. Y como apuntó el musicólogo Pedro Pedrosa Barquilla en su momento “podrás disfrutar” también de cualquier circunstancia de la vida. 

Y quizá encontrar el propósito personal y desarrollarlo sea un objetivo primordial para sentir una buena salud emocional. 

Quizá el objetivo o propósito sea descubrirlo, quizá sea materializarlo, no importa, siempre y cuando conscientemente decidamos que hacer. 

Dar sentido a la vida se alinea en la demanda del corazón, y el corazón vibra con el amor. Por tanto, es muy probable que amar y amarse estén dentro de la caja de los propósitos personales de cada ser humano. 

También puede ser que desarrollando o realizando algo que mejore la vida de algún ser humano, animal, vegetal o el mismo planeta, alimente nuestro ser. Quizá poseer muchas cosas materiales no lo alimente, quizá podemos estar mal alimentándolo con alimentos programados desde fuera y eso en nuestro interior no se digiere en forma de felicidad y amor. 

Quizá haya que pasar a escucharse y reconocer lo que nuestro interior demanda en realidad. 

Quizá el autoconocimiento nos permita saber más de nosotros mismos y quizá, como muchos afirman, hay que buscar dentro para encontrar el camino personal que nos haga caminar en la dirección a nuestro propósito divino. 

Siento que hemos de caminar dirección “amor” recorriendo nuestro propio camino. 

Y siento que el camino a veces es plano, otras de bajada, otras de subida y en todas las circunstancias hemos de vivirlo y sentirlo, pues caminándolo se va aprendiendo y generando el propósito. 

La película “El guerrero pacífico” nos puede inspirar al respecto. 

Buen camino.

¡AMOR ILUMINANTE DE VIDA!





Amar de corazón es aceptar y amar al ser por encima de lo que dice o hace, dando luz a lo que nos parece distinto o diferente. Con esto nos damos permiso a amar a cualquier ser vivo.



La palabra “amar” nos hace sentir al otro sin juicio de valor, sin juzgar su apariencia física, sin juzgar lo que expresa por la boca, sin juzgar sus actos. Pues cuando se ama y se tiene consciencia que el ser humano expresa y hace lo que cree se llega a entender su expresión y comportamiento. 

Lo que decimos y hacemos es acorde a nuestras propias creencias personales. Ellas deben ser observadas a través del autoconocimiento para saber si están en consonancia con nuestro verdadero sentir de corazón. 

Nuestro cerebro pensante sustenta nuestras creencias personales y estas han ido desarrollándose dentro de él. Nuestras creencias personales, que son las que nos hacen entrar en juicio de valor con aquellos que se salen de nuestra visión de la vida, son a las que hay que iluminar para que no nos boicoteen en el amar. En el momento que juzgamos a otros es porque se salen de nuestros patrones de creencias y en ese momento dejamos de amar. 

Hemos de ser conscientes que nuestras creencias obedecen a nuestra propia programación personal, realizada desde la niñez a través de los diferentes clanes familiares, educativos, sociales, y religiosos. Hemos de ser conscientes que si hubiésemos nacido en otro país o continente tendríamos otras creencias. 

Amar de corazón sin juicio de valor vibra en nuestro corazón, nos hace ver al otro con ojos brillantes, nos hace desear abrazar, nos da paz interior… 

Iluminemos la vida con amor.

EVA Y LA IMAGEN DE NIÑA BUENA



Desde pequeñita Eva recibió una educación por parte de sus padres y familiares de como tenía que ser y comportarse, hacían hincapié en que fuese buena niña, que se portara bien, que no contestase o replicase a los mayores. Sus padres la amaban y le enseñaban los valores del momento social y en concreto de su clan familiar. 



Los padres de Eva eran personas muy trabajadoras que tenían muy buena imagen en el pueblo donde vivían. Ellos daban mucho valor a lo que pensaban sus vecinos y no se permitían nada que pudiera perjudicar su imagen. 

Eva fue creciendo y siempre que actuaba según los valores, la familia no le decía nada, aunque en su interior sus padres estaban contentos, ellos no lo expresaban, cuando hacía algo fuera de esos parámetros era castigada o reñida. Llegada su adolescencia, la pasó de puntillas siendo y actuando según la familia deseaba. Eva sentía momentos de duda cuando veía a otras amigas o amigos actuar de otra manera y no sentir ningún miedo a las consecuencias. Ella sí tenía miedo, en concreto de la reprimenda de su padre ante algún hecho que se saliese de lo clasificado por ellos de normal. 

Llegado el momento encontró pareja y se casó, al cabo de un tiempo tubo un bebe que fue educando según sentía y a veces según le habían educado a ella. 

A la edad de 35 años Eva entro en crisis, se encontraba mal y no sabía el motivo. Empezó a buscar ayuda a través de distintos terapeutas, pero seguía encontrándose mal. 

Un día se encontró con una persona que la hizo mirar hacia sus valores, que le preguntaba cuáles eran los valores que animaban a ser lo que era. Eva se apuntó a examinarse, después de varias crisis y muchas dudas vio un poco de luz en la forma de ser. Sentía que siempre tenía que ser esa niña buena, la diferencia es que ahora, de adulta, ningún familiar la castigaba. Era su propio subconsciente (mente) quien la castigaba si no hacía o sentía que no estaba a la altura de esa buena niña. 

Al ser consciente de su problema empezó un trabajo de desprogramación personal que la llevaría por un camino de varios años de trabajo consciente. Cada vez que sentía malestar se paraba a auto examinar cómo valoraba y por qué valoraba los hechos. 

Eva sigue su camino, gozando ahora de mayor nivel de consciencia de los motivos que animan su ser, Eva entra en rebeldía sabia cuando una emoción intentar boicotear su estado emocional. 

Eva, hoy es día, es una mujer adulta que agradece haberse conocido por dentro, que crea sus propios pensamientos, que vive las emociones con consciencia y sabiduría y que decide la duración de las mismas pues conoce los valores/creencias que los alimenta. 

Eva se siente libre, se ríe del auto-juicio personal que a veces se hace y se permite disfrutar de la vida con la ligereza que nunca se había permitido. 

Eva vibra ante el descubrimiento personal de haber encontrado en su interior un juez duro que la limitaba en la vida. 

Eva está celebrando consigo misma y con sus amigos el despido procedente del JUEZ IMAGEN DE NIÑA BUENA.






EL AMOR ALIMENTO PARA LA VIDA



Se escribe mucho sobre el amor, este puede ser en gran medida una forma de estar en el mundo en armonía con uno mismo y con el resto de la vida.

En la búsqueda del amor a veces confundimos "amor" con otras realidades que se ajustan más al plano mental de los pensamientos. Amor es un sentimiento, un sentimiento que nace desde el corazón y que se puede proyectar desde ahí y desde la mente si sabemos sentir, si sabemos y aprendemos a sentirnos.

En una sociedad tan visual, a veces nos queda poco tiempo para el amor, nos queda poco tiempo para aprender a amar.

Amar es aceptar, amar es aceptarse, amar es valorar y valorar la vida. Amar es agradecer la oportunidad de un nuevo día. Amar es darse y dar lo mejor de uno mismo.

El amor tiene múltiples efectos sobre la vida de los seres humanos:
  • El amor diluye dudas, miedos, soledades y tristezas,
  • El amor energiza la vida,
  • El amor inunda plenitud a cada ser humano,
  • El amor da propósito,
  • El amor activa nuestro don,
  • El amor es alimento para nuestra alma.

El amor no está fuera al girar la esquina, el amor está dentro de nuestro ser esperando ser liberado, esperando ser sentido, esperando ser escuchado.

Por falta de amor y exceso de egoísmo llevamos miles de años haciendo daño a la vida, a nuestra vida y a la vida de los demás. Queriendo imponer nuestras creencias, nuestra forma de vivir desde planos poco amorosos.

Ahora es un buen momento para revisar el modo que tenemos de estar en la tierra e intentar vivir la experiencia de vivir más acorde al amor, más direccionada hacia el amor y más alejada del egoísmo que tanto sufrimiento produce en cualquier forma de vida.

¿Por qué no probar a vivir la vida escuchándonos y averiguando lo que pide nuestro interior?

¿Por qué no tomar las riendas de nuestro ser y averiguar que demanda realmente nuestro interior?

¿Por qué no empezar a ser conscientes que amando se vive más feliz?

Ahora puede ser un buen momento para empezar a darse tiempo para escucharse por dentro.

¿Podría ser un propósito de septiembre o enero?

Que el amor sea la herramienta que ajuste y alimente tu ser y mi ser. 

Buen amor para todos.

EL ADOLESCENTE Y EL ADULTO COCREADORES DE UNA NUEVA REALIDAD

El adolescente hace las veces de oveja negra en las familias. Es el encargado de cruzar los límites establecidos por los respectivos clanes. Están ahí para mover, para tocar algo del clan que no se quiere tocar, para romper lo establecido como definitivo.
Si analizamos la historia de la humanidad podremos observar que todo es cambiante, que nada es para siempre. 
Por tanto, necesitamos de adolescentes para que muevan a los clanes de sus respectivos aposentos, necesitamos de la rebeldía para dar pataditas cuando el adulto intenta acomodarse.
Es una forma impulsora de crecimiento personal, quizá poco valorada y bastante maltratada. Pues cuando el adulto establece sus leyes y planta sus creencias como las que han de ser, que venga alguien a cuestionar o decir ¿Por qué? golpea directamente las bases del adulto. 
Los dos personajes son necesarios para el avance, pues el adolescente necesita al adulto lo mismo que el adulto necesita al adolescente. 
El adolescente necesita la experiencia del adulto y el adulto la rebeldía e inconformismo del adolescente. Quizá ellos dos unidos, respetándose, escuchándose, mirándose de igual a igual, puedan dar lugar a una nueva forma de relacionarse. Una nueva forma de caminar, una nueva forma de crear la vida.
¿Por qué no pensar que necesitamos de los dos personajes, al igual que las dos piernas para andar (derecha e izquierda)? ¿Por qué no pensar que si no estuviésemos polarizados en un mundo dual y buscásemos el encuentro, avanzaríamos más y mejor?
Sin olvidar ninguna etapa, no menos importante como la infancia o la madurez. Ellos representan la imaginación y la experiencia. También poco valoradas. 
La democracia necesita de adolescentes y adultos que se miren de igual a igual y se sientan partícipes de crear una sociedad consciente, despierta y con el deseo de crecer en armonía, igualdad, y amor.

NUEVO TÍTULO PARA EL BLOG "DISEÑA TU VIDA"

Buenos días, a partir de hoy el blog pasa a denominarse "DISEÑA TU VIDA".
En futuras publicaciones apreciaréis el cambio. Solo cambia el título el resto continuará.
Un abrazo de corazón y buen verano.

AMPARO Y ANA



Amparo no podía parar de pensar, un pensamiento detrás de otro y así hasta altas horas de la madrugada. Lo curioso es que algunos de sus pensamientos eran densos y de reproche personal. Ella utilizaba el hacer muchas cosas durante el día para no tener tiempo de pensar, pero al cesar su actividad laboral siempre aparecían esos pensamientos que le hacían bajar el ánimo. 

Sus pensamientos iban desde el deberías haber llamado a tus padres, deberías no haber juzgado a Juan, deberías haber acabado el trabajo, deberías ser más simpática, deberías comer menos, deberías ponerte a dieta y un sinfín de deberías que le producían un dolor en la espalda que la llevaban a visitar habitualmente a un terapeuta. 

Pero a Amparo lo que más le molestaba era no poder parar de pensar. 

Una mañana decidió a comentar con su amiga Ana que ya había navegado por estos mares. 

Ana años atrás ya había sufrido en sus propias carnes los “deberías” y se encontraba aun transcendiéndolos mediante autoconocimiento. Ella había comprendido que todo procedía de estructuras y creencias que estaban adheridas a los clanes familiares, sociales, culturales y religiosos. Fue consciente de eso el día que viajo a la India animada por una amiga y conoció otra realidad social y otros problemas derivados de otras creencias y formas de ver y vivir la vida. 

Amparo decidió abrir con mucho reparo sus pensamientos a Ana, ella se limitó a escuchar y comprender. No emitió juicio alguno, no pronunció palabra mientras hablaba Amparo. Al finalizar la exposición de los hechos y a petición de Amparo, le dijo: yo entiendo y siento dentro de mí muchas de las cosas de las que me has hecho participe. Solo puedo decirte que desde mi sentir y mi propia experiencia personal todo esto obedece a como nos hemos y nos han educado, a las estructuras de creencias, al modelo educativo que no está alineado con las emociones, que invierte más, en que sepamos hacer algo para ser miembros activos y productivos de la sociedad. 

Ante esto, Amparo solicita “receta” para poder liberarse de estas cargas que la tienen aprisionada y con semblante serio. Ana por su lado la invita a revisarse, a revisar la fuente primera de sus pensamientos, la hace consciente de que no hay receta, que lo que, si puede hacer, es estar en constante observación de sus sentires y sus pensamientos, que además, busque la raíz de todo pensamiento y emoción. Y como dueña de su propio ser, empiece a seleccionar lo que quiere pensar y sentir. 

Que se libere de los “deberías” que están alineados con el sentido de deber e intente pasar al sentido de la felicidad, en otras palabras, que vaya mirando de hacer y pensar cosas que estén alineadas con el aumento de su felicidad. 

Ante estas palabras, Amparo espeta: ¿Me estás diciendo que solo haga aquello que me gusta? 

Ana: Por lo menos el máximo número de cosas. Así, al acabar el día quizá te encuentres más tranquila. 

Amparo: ¿Y qué hago con mis auto juicios que hago con respecto a mi físico? 

Ana: ¿Qué qué haces? 

Amparo: Si, ¿qué hago? 

Ana: ¿No sería mejor amarte? ¿No sería mejor amar al cuerpo que te va a acompañar en esta vida? ¿No sería mejor enamorarte de todo tu ser? 

Amparo: Si, quizá sí, pero me cuesta aceptarme tal como soy, lo reconozco. 

Ana: ¿Eres consciente de que si fueses ciega no estarías preocupada por tu físico? 

Amparo: ¡Claro, estaría preocupada porque no veo! 

Ana: Entonces, ¿qué te hace preocuparte por tu físico? 

Amparo: El verme 

Ana: ¿El verte y quizá compararte con otras mujeres? 

Amparo: Pues ahora que lo dices, sí. 

Ana: ¿No sería ahora un buen momento para dejar de juzgarse y compararse, y amarse tal como eres? 

Amparo: Uff, la verdad que sí, estoy muy cansada de querer llevar mi cuerpo, que siento que es único, a un determinado estereotipo marcado por la sociedad. 

Ana: ¿Y ahora qué hacemos? 

Amparo: ¿Qué tal echar unas cervezas y unas risas para reírnos del sufrimiento que me he causado al dejarme llevar por la sociedad? 

Ana: Genial, vamos a ello.😊😊

LA EXPERIENCIA DE JULIA



Julia es una mujer de 29 años que intenta conducir su vida hacia el mundo laboral, lleva toda su vida preparándose para conseguir un trabajo digno que le permita insertarse en la sociedad. 


Está desencantada con las relaciones personales, hasta la fecha de hoy no ha disfrutado de las mismas y al oír la palabra “amor” se le ponen los pelos de punta como gato enfadado.


Hace mofa al escuchar a cualquiera de que nos tenemos que amar, su experiencia personal aún no le ha permitido experimentar ese sendero.


De niña no sintió la calidez del amor, sus padres estaban demasiado ocupados en trabajar, llevar la casa y la familia. Ella fue deambulando entre los estudios, y las series televisivas. 


En la adolescencia sus relaciones sociales no fluían y eso hizo que las dejase de lado, centrándose en sus estudios y en su mundo.


Los valores sociales que veía en su adolescencia no los sentía como suyos y eso producía en ella rebeldía y aislamiento al mismo tiempo. No compartía la forma de vivir los sábados noche de su generación, no sentía el estilo de vida del momento. Al final, se sentía como un bicho raro en el mundo, lo que le producía innumerables quebraderos de cabeza.


Esta experiencia personal ha hecho de Julia una persona que tiende al aislamiento y a la desconfianza. Julia se defiende como gato panza arriba cuando se siente amenazada o cuando alguien no la trata como ella considera.


Hoy Julia acaba de caer en consciencia de lo que siente y por qué lo siente, hoy se ha dado cuenta que el modelo social dista mucho del que su ser le pide, hoy empieza a entender el por qué se ha sentido así antes. Sin rebozarse en el juicio de valor que intenta matar las vivencias pasadas y auto victimizarse, Julia comprende y valora desde el discernimiento como ha vivido y como se ha sentido. 


Ella siente que es un ser indomable y que la sociedad no le aporta lo que ella necesita para vivir feliz. Eso sí, se lo va a dar ella.


Su cara ha cambiado, su estado físico también, siente que tiene toda la vida por delante para darse lo que necesita, y siente que no tiene que hacer todo lo que la sociedad demanda.


Se ha quitado un lastre de encima al descubrir como es, gracias a las experiencias vividas en el pasado y ahora con ilusiones renovadas, afronta su vida con esperanza e ilusión.


Se ve y se siente dueña de su vida. Es la capitana personal de su ser.


Ahora da las gracias a todo lo vivido, lo embellece y se está enamorando de la vida.


Si te encuentras con alguna Julia la reconocerás por el brillo de sus ojos.


Buen viaje de vida.


PEDRO Y SU CONFIANZA




Pedro es un ser humano que vive en una aldea de 125 habitantes y que no tenía excesiva confianza en sí mismo, necesitaba de personas que él consideraba como autoridades para que le dijesen que estaba bien o que no. 

Pedro había sido educado como la mayoría de los seres de su generación, la generación del 70 donde solo se les decía a los niños lo que hacían mal y no era usual decir lo que hacía bien ante la creencia de que se convirtieran en unos creídos y prepotentes. En esa época circulaban creencias educativas de miedo, de pecado, de dar buena imagen, un tortazo a tiempo evita problemas futuros, etc… estaban bastantes definidas las creencias y la mayoría dejaban poco espacio por no decir nada para el autoconocimiento personal. Primaba el trabajo, la obediencia a las autoridades (padres, profes, etc…) y el tu aparta que no sabes nada, era una de las frases favoritas de muchos mayores a sus hijos. 

Así que, Pedro ya de adulto tenía poca confianza en su sentir, y necesitaba acudir a personas para dar determinados pasos. Pedro sufría de una dolencia física y deambulaba entre médicos, médiums, curanderos, para dar respuesta a su malestar. Ya había perdido la fe en su curación pues cosa que probaba, cosa que no le funcionaba. Además, de este problema necesitaba del consejo patriarcal de Ana, una terapeuta para tomar decisiones. 

Ana era una persona comprometida y con mucha experiencia que intuyo tras varias sesiones el problema real de Pedro. Tuvo claro que el problema físico del que se quejaba tenía una relación directa con su inseguridad personal. 

Ana se dedicaba a la sanación tras haber vivido en sus propias carnes un empoderamiento tras varias rupturas sentimentales y haber tomado las riendas de su vida a nivel emocional y personal. Había soltado trabajos, relaciones, pensamientos, creencias y se había convertido en una persona que seleccionaba como vivir y que creencias vivir. Era una persona consciente e intentaba vivir acorde a su sentir. 

El trabajo que decidió hacer con Pedro fue simple, decidió escuchar todo lo que le decía sin pronunciarse, interrumpirlo ni dar consejo. Y cuando él preguntaba qué hacer, ella siempre le decía, ¿y tú qué sientes?, lo cual siempre desconcertaba bastante a Pedro. 

Ante este insistente ¿tú qué sientes?, Pedro fue tomando consciencia de sus sentimientos, emociones e inseguridades. 

Con el paso de las sesiones Pedro fue descubriendo como vivía la vida y la razón de vivirla así. 

A veces se disgustaba consigo mismo al descubrir cómo se había forjado su personalidad y otras se paseaba por el juicio de valor hacia los que habían tenido influencia en su educación. Hasta que fue consciente de que juzgase o juzgar a otros no lo llevaba a ningún lugar agradable. Juzgando se rebozaba entre la rabia y el odio y eso lo llevaba al sótano de las emociones más densas. 

Pedro empezó a sentirse mejor cuando Ana le hizo consciente de que tenía que embellecer el pasado, que tenía que perdonarse y perdonar, que tenía que dejar el juicio de valor y quizá utilizar un juicio de más octanaje como es el juicio de discernimiento. 

Pedro empezó a depender menos de otras personas para la toma de decisiones. Descubrió que en su interior tenía las respuestas a sus propias preguntas, solo tenía que escucharse. 

Pedro deambula ahora con el Amor, otra emoción de alto octanaje que empieza ahora a engancharlo y que siente desde dentro de su ser. Además, ojiplático, y se siente como un niño con zapatos nuevos cuando habla de amor. 

Pedro es consciente que está en un proceso precioso de empoderamiento personal que lo lleva ilusionado de cojones.