LA AUTOVALORACIÓN




Había una vez una joven llamada Amparo que dudaba de sus capacidades, desde bien pequeña había creído no valer para ciertas cosas y a veces para muchas. 

Un día un maestro que estaba haciendo el rol de profesor con ella, vio tanta belleza en ella que intentó mostrársela tantas veces como tenía oportunidad. A pesar de sus intentos ella se negaba a creer. 

El maestro de manera sutil fue mostrándole día tras día con su mirada y su reconocimiento lo valiosa que era. Él creía en ella, un día mientras realizaba un examen sin apenas ver lo que estaba haciendo le dijo que lo estaba realizando perfecto. Ella se sorprendió y prosiguió con su tarea. 

Cuando el maestro al día siguiente le dijo la nota, no lo creyó y busco a través de la comparación con otras compañeras justificación para no dar valor a su nota: “yo no trabajo tan bien como ellas, yo no soy tan rápida como ellas, yo no ...” 

En el examen final, sacó un diez, el maestro se preguntaba por sus adentros cual sería la excusa que se buscaría esta vez para no valorarse. Al recibir la nota se sorprendió, su cara se desencajó, y el profesor decidió mostrarle el examen para que admitiese y aceptase su valía en su trabajo. Ella se desmoronó y dijo que nunca había sacado un diez, y siguió diciendo “no me lo puedo creer”. El maestro en esos momentos le recomendó hacerse una fotografía con el examen y que de vez en cuanto lo mirase para recordarse lo que es capaz de hacer. 

La joven fue creciendo y experimentando en su vida, de vez en cuando miraba la fotografía de aquel examen y se recordaba que era valiosa, en momentos de debilidad física o emocional la fotografía la hacía sonreír, la hacía subir de octavas para vivir la vida con la intensidad suficiente para sentirse feliz y valiosa. 

Fue consciente con el paso del tiempo que la autoestima es un derecho del ser humano. Fue consciente que ha de enamorarse de sí misma, fue consciente de que ha de valorarse cada día, fue consciente que el amor a sí misma es la piedra angular donde apoyar y construir su vida. 

Amparo ya no necesita ni la fotografía ni al maestro para darse valor, Amparo hoy es consciente de que vivir la experiencia desvalorizante fue el punto de apoyo para hacer un cambio en su vida y poder vivirla como ahora la vive.

HUMILDAD Y CONFIANZA AUTÉNTICA




La humildad y la confianza en uno mismo son ingredientes fundamentales para dar sentido a nuestra vida. 

Humildad para una vez alcanzado un propósito personal no sentirse por encima de ningún ser, y confianza en uno mismo en la consecución de los propósitos que salen de corazón. 

Todo propósito que nace desde el corazón es porque es el auténtico propósito, hay que estar atento para enfocar bien el objetivo del propósito ante tantos estímulos externos que llegan a través de diferentes medios y que quizá son los propósitos de otros. La humildad para reconocerlos y no hacer juicio de valor sobre ellos, y amarlos pues simplemente son los propósitos de otros. 

El ser humano ha de sentir su propósito e intentar llevarlo a cabo para realizar su aporte personal a la humanidad. 

Dentro de las mil y una cosa que tendremos la oportunidad de realizar y hacer conviene dejar un espacio de tiempo para elaborar y crear el propósito. 

Es un acto de amor a uno mismo hacer lo que te pide tu esencia. Conviene confiar más en la intuición y en nosotros mismos para llevar a cabo nuestro propio propósito. 

La confianza es fundamental, para ello conviene sentirse grande y humilde, conviene alimentar nuestra autoestima con amor a uno mismo, conviene hacer autoconocimiento y subir de octavas cualquier circunstancia propia o ajena que intente desestabilizar nuestra confianza. 

Un paso potente para dar el sentido que nuestra vida merece y que en bastantes ocasiones no damos, es tener la máxima confianza en uno mismo, sin ella no puede haber crecimiento y autorrealización en la dirección de lo que tu corazón y tu ser demanda. 

La humildad es necesaria pues durante nuestro camino igual vemos a otros parados y podemos correr el riesgo de sentirnos por encima. Cada ser humano tiene su camino, su momento y su sentir. Además, dones diferentes, propósitos diferentes. 

Si, además, utilizamos de abono el humor, la alegría, el amor, estaremos fertilizando nuestra vida y nuestro propósito.

EL SER HUMANO Y SU BÚSQUEDA DE FELICIDAD



El ser humano vive la vida deseando ser feliz, y utiliza todo lo que sabe para ello. 

Y si el deseo último es ser feliz, ¿por qué no siempre se alcanza? 

Quizá la respuesta sea que hay mucho desconocimiento detrás de lo que somos. 

No tenemos claro que es un ser humano y buscamos respuestas a través de creencias de siempre o nuevas, la ciencia también busca respuestas, quizá llevamos milenios buscando respuestas. 

¿Qué diferencia al ser humano de otro ser vivo? 

Un gato vive la vida y no se deprime ante el rechazo de otro gato. 

Un ser humano puede sentir desánimo por el rechazo de otro ser humano. 

La diferencia está que somos seres altamente emocionales y que además las emociones de amor, alegría, ilusión, etc… nos hacen sentir bien. Mientras otras emociones como rabia, ira, odio, nos hacer sentir en el otro estado totalmente opuesto. 

Es natural al ser humano sentir emociones, lo interesante es que nosotros tenemos el poder de elegir las que queremos para nuestra vida. Pues tenemos el poder de elegir observando lo que estamos sintiendo en cada momento, y seguir con esas emociones o cambiarlas. 

Las emociones responden a nuestros pensamientos y nuestros pensamientos van de la mano de nuestras propias creencias. ¿Qué tal, si fiscalizamos que creencias tenemos de nosotros mismos? ¿Qué tal, si cambiamos creencias que no estén alineadas con empoderarnos y las cambiamos por otras de mayor perspectiva? 

El ser humano es un ser creativo y creador, y esto hay que empezar a introducirlo dentro de nuestras creencias, somos capaces de realizar cosas maravillosas, como aviones, naves espaciales, y un sinfín de cosas. ¿Por qué no crearnos nuestras propias creencias y pensamientos que se ajusten a nuestro verdadero sentir y que lleve consigo un sentirse mejor, una sonrisa cuando nos rebozamos con ese pensamiento? 

La propuesta es muy básica, primero observar el tipo de pensamientos que tenemos de nosotros y sentir los efectos en nuestro ser. Segundo, si los efectos no nos suben el nivel de alegría y felicidad cambiar los pensamientos por otros y volver a observarse. Así hasta conseguir sentirse bien. 

El camino de autoconocimiento y la autoobservación son dos herramientas potentes para tener mejor calidad de vidaaaaaaaa!!!!!!!!. 

Para encontrar nuestra propia felicidad es interesante aprender a sentirnos y hacer los cambios necesarios para crear nuestro propio camino. Ese camino va en relación directa y constante a nuestro concepto personal de lo que creemos ser y lo que creemos ser va en relación directa a las creencias que tenemos de nosotros mismo. Esas creencias han llegado a nosotros a través de los diferentes clanes y experiencias propias. 

Quizá lo novedoso o no tan novedoso es que nosotros podemos elegir las creencias, elegir nuestro propio camino, elegir como queremos sentir, elegir como queremos vivir, elegir nuestra propia vida. 

La felicidad es un camino propio con vistas a tu y nuestro propio sentir.