LA AUTOESTIMA COMO ACTIVADOR DE LA CAPACIDAD




La autoestima es la percepción evaluativa de nosotros mismos.

¿Y en qué se sustenta esta percepción? 

Detrás de esta percepción están creencias que hemos asumido como verdaderas en nosotros mismo, nos hemos creído que tenemos una capacidad intelectual determinada sin cuestionar el proceso de medición, el día que me hacen la medición, y fundamentalmente lo que pienso de mí mismo el día que me miden. Además, el o los instrumentos de medida utilizados presuponen que todos los seres humanos somos iguales, como piezas mecánicas a calibrar en aptas o no aptas. 

El compararse con otros seres humanos tampoco ayuda a la autoestima, cada ser humano tiene un don a desarrollar, los hay que su función será producir alimentos, otros construir casas, otros ayudar en la salud, otros hacer felices a los demás con humor, otros investigar para el desarrollo del ser humano, otros organizar pueblos. ¿Cómo podemos compararnos, SI NO SOMOS IGUALES? 

Por otro lado, tener claro quién soy, tener un buen juicio de discernimiento, que me permita tener capacidad para no dejarme llevar, teniendo claro que es lo que quiero y que necesito para SER, desarrollar mi don y realizarme como persona, son dos ingredientes necesarios para una autoestima de calidad. 

Con una autoestima de calidad, una autoestima apoyada en creencias personales elegidas, en creencias basadas en creer en uno mismo, en creencias de alto nivel, en creencia que hagan de vida un placer y un disfrute, pasamos de sobrevivir a VIVIR. 

Necesitamos, por tanto, descubrir lo que se nos da bien, libre de comparaciones, libre de medidas, libre de juicios externos. 

¿Acaso no es un acto de amor a uno mismo hacer aquello que te hace feliz? 

Una Autoestima de calidad, nos va a alimentar el seguir creciendo día a día, nos va alimentar en nuevos retos alineados con lo que nos hace disfrutar y conseguir metas que nos hagan crecer y ayuden a crecer al resto de seres humanos. 

Con una autoestima de calidad el techo de tu capacidad intelectual lo marcas tú. 

Cuantos ejemplos de personas que desarrollaron sus dones se les han considerado seres super dotados y en cambio no encajaban dentro del sistema educativo en algún momento, por ejemplo, Albert Einstein fue un niño quieto y ensimismado, y tuvo un desarrollo intelectual lento. ¿Cuantos de nosotros en nuestro proceso formativo se nos ha dicho que no servíamos para algo y luego ha sido, al contrario? 

Creer en uno mismo, por encima de cualquier comentario, cualquier medición, cualquier estadística, cualquier circunstancia que traiga la vida, que apoye o no apoye tu estado emocional, es básico para vivir la vida desde el disfrute y la felicidad, dejando atrás posibles dramas, y posibles falsas creencia en uno mismo. 

Si en algún momento de tu existencia has dudado de ti, no importa, formaba parte del juego de conocerse a uno mismo, sentir la desvalorización para conocerse o empezar a conocerse. 

Embellecer el pasado, amar como te valoraste en el pasado y dar gracias porque fue el punto de apoyo para ahora ser más consciente de que, con conciencia y autoconocimiento podemos acceder a una autoestima de calidad. 

Si hay una autoestima de calidad, “la capacidad intelectual” para desarrollar tus capacidades personales no tienen límite. El límite lo marcas tú, con tus creencias hacia ti mismo.

CAMINANDO HACIA EL SENTIR CONSCIENTE


Saber que siento, y por qué lo siento es fundamental para auto-manejar la vida propia. 

El hacer análisis y ver que emoción tengo en cada momento, sentirla, reconocerla, vivirla el tiempo suficiente para identificarla y conocer sus raíces nos da el plus de consciencia suficiente para empezar a manejar las emociones y que las emociones no nos manejen. 

El paso siguiente es determinar que creencias o creencia da vida a esa emoción, así cerrar el puzle emocional. 

Las emociones producen en nosotros cambios, nos pueden subir o nos pueden bajar, todas ellas tienen un propósito, por lo cual sería erróneo clasificarlas como buenas o malas. El propósito es producirte alegría o tristeza, rabia, amor, etc… Vivir esa emoción es lo importante. 

Pero, no menos importante, para no quedarse solo en el vivir la emoción, es el identificar la creencia o creencias que me hacen vivir esa emoción, así nos puede ser más fácil llevar el timón de lo que sentimos, en lugar de que las emociones nos lleven a nosotros. 

Ejemplo de creencia y posibles emociones: 

“Levantarse temprano y trabajar es hacer lo que toca”, esta creencia hará que mientras la cumplamos nos sintamos bien, posiblemente los días que no podamos levantarnos temprano y hacer las cosas que pensábamos hacer en el momento que queríamos hacerlas produzca un efecto de infelicidad. 

Identificar la creencia y reconocer los efectos que puede producir en nuestro ser es vital para no ser marioneta de la o las emociones producidas por la misma. 

Puede parecer difícil, ya que no hemos sido educados para observar ni lo que sentimos, ni las creencias que habitamos. Pero es fundamental dentro del crecimiento personal y para tener más grado de libertad en nuestra vida. 

El objetivo es vivir la vida a tope de felicidad y con consciencia, libres de creencias que nos hagan sufrir y con creencias que nos lleven a vivir felices. 

Este es un deseo universal, y esto se puede cumplir sin necesidad de comprar o adquirir nada, solo con la autoobservación y el autoconocimiento. La pregunta es ¿a qué esperamos para mirarnos por dentro? 

Tenemos el potencial de decidir cómo vivir la vida y que emociones sentir a través de decidir que creencias tener. Es hora de manejar nuestras creencias y decidir cuáles son las que queremos tener. Convertirse en creadores de creencias que nos produzcan emociones a la carta. A la vez que ir desechando creencias que ya no nos valgan para el fin deseado.

ESPERANZA E ILUSIÓN



La esperanza es un estado de ánimo optimista basado en la expectativa de resultados favorables relacionados a eventos o circunstancias de la propia vida.

La esperanza es el nutriente de que en un término razonable de tiempo algo se va a cumplir, y la ilusión es la fuerza que ponemos en nuestro día a día en eso que deseamos que se cumpla. 

Esperanza e ilusión son los ingredientes necesarios para dar sentido a lo que hacemos, vivimos, o queremos vivir. 

Digamos que la ilusión focaliza el propósito o nuestro norte personal, también es el combustible diario que nos activa más allá de nuestros dramas personales. 

La esperanza es la fe depositada en el futuro que nos nutre en el camino de nuestro propósito. 

Tener un propósito situado en el futuro es tener una ilusión diaria que nos permite vivir el presente disfrutando del camino de llegar a nuestra propia meta. 

El camino puede tener subidas, puede tener bajadas, puede tener tropiezos, puede tener encuentros, lo importante es vivir el camino con la suficiente intensidad que nos permita crecer y aprender del mismo. Para ello es recomendable estar consciente de lo que ocurre a nuestro alrededor y no poner toda la mirada en el norte a conseguir. Porque el camino es el aprendizaje, y la experiencia de caminar nos hará maestros de vida a la llegada a la meta. 

Las religiones ponen la esperanza en lo que ocurrirá después de caminar por la vida. Y marcan una hoja de ruta para alcanzarlo. La hoja de ruta es para todos la misma, desde el dogmatismo de cada religión. En el fondo es un camino marcado que puede servir a mucha gente. Lo bueno de todo esto es que, como seres creadores, libres y con esperanza e ilusión propia, podemos generarnos nuestro propio camino u hoja de ruta. Incluso somos libres para marcarnos nuestro propósito sin necesidad de que nadie nos lo marque. ¿Quién sino, puede saber mejor que uno mismo lo que nos hace felices en la vida? 

En conclusión, la confianza en un mismo, el dejarse llevar por lo que uno siente, el sentir tu corazón en armonía con la mente, crean tu propio camino de vida y tu propósito personal, activando la esperanza y la ilusión en tu vida. 

¿A qué esperamos para “autoescucharnos” y sacar de nuestro interior nuestro propósito personal? 

¿A qué esperamos para activar a través del propósito nuestra esperanza e ilusión? 

La esperanza e ilusión, no son más que alimentadores o nutrientes de nuestra vida, de nuestro propósito y de lo que decidimos vivir y hacer en la tierra.

SE EL CAPITÁN QUE MANEJA TU NAVE



Vivir la vida de forma consciente supone parar en algún momento de nuestro día a día y analizar una serie de cuestiones. 

Hacerse preguntas y responderlas es importante para llevar las riendas de nuestra vida. 

Preguntas como: 

¿Qué es lo que me gusta hacer? 

¿Qué cosas hago desde el sentido del deber? 

¿Qué cosas hago desde el sentido del placer? 

¿Manejo yo mi vida o la vida me maneja a mí? 

¿Presto suficiente atención a las emociones que vivo cada día? 

¿Me planteo tener un propósito acorde a mi sentir? 

Un paso importante para gobernar nuestra vida, y que esta no fluya según el viento social que sople, es empezar por plantearse estas u otras preguntas que nos hagan conocernos. Sin un mínimo de autoconocimiento, nuestra existencia queda sin capitán que gobierne la nave y por tanto navegaremos por el mar sin rumbo ni horizonte, a expensas de donde nos lleve la corriente. 

No hay nada malo en vivir haciendo lo mismo que otros seres humanos, pero lo curioso del tema es que cada ser humano es único y cada uno de nosotros como seres únicos, tenemos nuestros propios dones, habilidades y capacidades. Por tanto, hacer lo mismo que otro o lo mismo que hacen otros puede que no sea lo que realmente nutra tu vida. 

El descubrir tu don y alimentarlo de forma consciente produce un cambio, y eso se ve en muchos seres humanos que realmente están desarrollando su don. Allí donde están son valorados y admirados porque viven lo que hacen con ilusión y contagian a los demás de esa energía. 

No importa a que se dediquen ni lo que hagan, están realizando lo que les gusta y su vida es un disfrute. 

La educación y la sociedad no acaba de caminar hacia el "des-cubrir" de nuestros dones personales, por eso es importante hacerse las preguntas para que lleguen respuestas, para que lleguen nuestras respuestas. 

Con las respuestas, a estas u otras preguntas hemos de tomar decisiones, ser valientes, y arriesgarse a cualquier cambio, demandado por nuestro ser a través de la toma de consciencia y de conocer lo que necesitamos para ser felices, tener una vida plena y ser el capitán de nuestro propio barco. 

De este modo, daremos pasos para pasar de vivir la vida desde el sentido del deber, al sentido de la felicidad y placer. Y los más curioso además de vivir acorde a nuestro sentir, crearemos felicidad a nuestro alrededor por el simple hecho de hacer lo que nos nutre. 

SE EL CAPITÁN QUE MANEJA TU NAVE

HABITAR TUS PROPIAS CREENCIAS



Las creencias de siempre son como las hierbas que tenemos en nuestro campito o jardín, además con semillas para muchos años, a la que descuidas el campo ya están fuera. Así pasa con las creencias de siempre, a la que dejas de estar presente, te habitan. Cuyo único propósito es hacerte ver si estas pendiente o no de ti. 

Cuando pretendes habitar creencias que se ajusten más a tu sentir, con todo el amor y deseo del mundo, intentas eliminar creencias que ya no te sirven, como hacemos con las hierbas que no deseamos tener en nuestro campo, una vez eliminadas, sembramos otras creencias u otras plantas que sean afines a lo que nosotros deseamos vivir u obtener. 

Con esta acción de eliminación y siembra hacemos un buen trabajo de crecimiento personal, pero como uno nunca puede dejar de crecer, no puede abandonarse u olvidarse de su campo, y es que las creencias al igual que las hierbas tienes raíces y dejaron semillas, por lo que hay que estar revisando de forma habitual cómo pensamos, cómo vivimos, cómo nos relacionamos, cómo amamos, etc… Al igual que estar revisando cómo crecen las nuevas plantas y vigilando las hierbas de siempre que nos van a dificultar el crecimiento de las nuevas plantas o creencias. 

Cuanto más presente estés en tu campo y más tiempo le dediques, mejor crecerá lo nuevo sembrado y que es de tu voluntad. Igual pasa con el ser humano, cuanto más presente estés y más cuides lo nuevo que deseas crear para tu propio crecimiento, mejor y más feliz podrás estar. Serás el dueño del campo, serás el dueño de ti, el campo no dominará lo nuevo sembrado y tus creencias de siempre no te dominaran a ti. 

El camino del crecimiento personal, es un camino de estar presente en tu vida, es un camino de llevar las riendas y decidir cómo ser empoderado, que deseas que ocurra en tu vida. No vale dejarse llevar por la sociedad, por la familia, por las ideologías, por las religiones, por cualquier forma de pensar que no nazca de ti. 

El camino de crecimiento personal, requiere de jugar, de experimentar, de desear, de sentir, de ilusionarse, es tu camino. Y si quieres ser el dueño y el creador de tu vida es importante que lo empieces a recorrer, si recorres los caminos de otros crecerán plantas en tu camino y luego te será difícil caminar por él. 

Dar valor a tu vida, es reconocerse, valorarse, sentir que tienes un papel, un don, eres un ser único, que tienes una misión (amarte y ser feliz), que venimos a aprender a amarnos y amar a los demás. 

Dar valor al campo, es reconocerlo, valorarlo, cuidarlo, embellecerlo, sembrar lo que desees y eliminar aquello que te dificultará la salida de los frutos. 

Cuanto más presente estemos en el campo o en uno mismo, mejor estaremos y menos esfuerzo nos costará obtener lo que deseemos.




AMORHUMORARSE




Estar amorhumorado es vivir la vida desde la azotea, desde la ingravidez de sentir amor por uno mismo y por todo lo que rodea. El humor sano es una herramienta que se acopla como llave inglesa al tamaño del tornillo y a su resistencia a soltar, el humor deshace los dramas con los que a veces afrontamos la vida. 

En dualidad el humor y el mal humor juegan al escondite con la felicidad, es el vivir la vida desde la pesadez y el drama. 

En cambio, estar amorhumorado es tener la llave inglesa que afloja y deshace el mal humor y el drama. 

Estar amorhumorado, hace que cada célula de nuestro cuerpo disfrute del proceso de vivir. 

Estar amorhumorado, hace que cada ser humano con el que interactúas disfrute de tu presencia y se produzca en él un impacto, el observador modifica lo observado. 

Practicar humor sano con el jefe, con el padre, con la pareja, con los hijos, hace de la vida un disfrute y deshace los hielos más duros ante el calor del humor,  la risa y el amor. 

Los payasos de hospital bien saben de esto y practican el humor ante la densidad de la enfermedad de un ser humano. 

La combinación amor-humor es el coctel para que la vida sea una fiesta. Un cubata de amor-humor todos los días es garantía de felicidad y disfrute. 

La vida es un juego, los niños así la conciben y la viven, pero cuando empezamos a dejar de ser niños dejamos de jugar y al dejar de jugar dejamos de disfrutar, de reír y gozar. 

¿Por qué no vivir la vida cómo un niño jugando y riendo, amando y gozando? 

¿Por qué no vivir la vida cómo un niño desde la sabiduría de la edad en la que te encuentres? 

Amorhumorarse supone transcender tu vieja mirada hacia la vida, reinterpretar y embellecer como has vivido sin aplicar juicio, mirar con nueva mirada, enamorarse de todo y practicar el humor y amor con uno mismo y con los demás.

EDUCACIÓN EN EL CONSUMISMO




La educación focalizada en el consumismo enfoca la mirada en lo que nos falta con el objetivo de seguir consumiendo. 

De esta forma, o con estas creencias siempre tendremos el sentir de que nos falta algo, y hasta podemos sentirnos vacíos. 

De la misma forma que en la educación reglada, al alumno se le resalta lo que le falta sin tener en cuenta si esos conocimientos los quiere, o los va a necesitar en el desarrollo de su vida. En el consumismo, con el objetivo único de consumir, puedes llegar a creer que necesitas algo para ser feliz. Por eso tenemos una sociedad basada en el consumo. 

Centrando la mirada en la educación, al resaltar lo que falta, sin pretenderlo puede producirse en el ser humano el sentirse por debajo de los conocimientos. 

¿Por qué en lugar de resaltar lo que falta, no dar visibilidad a lo que ya tienes o haces bien? 

¿Por qué pensar que todos los seres humanos tenemos las mismas necesidades en la educación? 

Para ir educando hacia lo que se le da bien a casa ser humano, habrá que ir cambiando el punto de vista y dirigirnos hacia ese horizonte. Además, de no rigidizarnos a los currículos que son como un corsé de talla única para todos. 

Por tanto y sin tener consciencia de ello tenemos una educación apoyada hacia el consumismo, haciéndonos creer que nos falta algo, un conocimiento, un idioma, un coche, una moto, una carrera, una pareja, etc… 

Con estas premisas, nos olvidamos que tener conocimientos o bienes, pueden ser herramientas importantes para vivir o quizá sobrevivir, olvidándonos de que la felicidad no se encuentra adquiriendo cosas o conocimientos. La felicidad está en sentirse como ser único e irrepetible. La felicidad está en encontrar lo que se te da bien y realizarlo, la felicidad es el disfrute del camino por tener claro cuál es el norte al cual dirigir tu vida. 

La felicidad se esconde detrás del autoconocimiento, y tener una perspectiva mayor del ser humano y de nuestro potencial. 

Una buena herramienta es creer en un mismo por encima de cualquier otra creencia que nos haya llegado a través de cualquier clan. 

Para ello, sentir que nosotros somos más que cualquier sistema de creencias, es fundamental para valorizarse y no sentirse por debajo de nada ni de nadie. En definitiva, no sentir que nos falta algo y buscar ese algo para consumirlo. 

La búsqueda de ese don personal que cada ser humano tiene y que lo hace único es fundamental para realizar un consumo sin estado de necesidad o la creencia de que nos falta algo. 

Empoderar nuestra vida a través del autoconocimiento, hará que podamos decidir con que nutrimos nuestra mente, nuestro corazón, nuestro cuerpo físico de forma consciente, libres de poder ser manipulados de forma consciente o inconsciente por las creencias de otros. 

Si se lo que necesito, no tendré la necesidad de adquirir lo que otros consideran que yo necesito. 

Una educación que se centre más en resaltar lo que un ser humano hace bien y no en resaltar lo que hace mal, es un salto de calidad en nuestra vida y un puente que nos hace pasar del viejo paradigma basado en el sentido del deber y tener e ir aún nuevo paradigma sustentado en el sentido de la felicidad y del ser.
Gracias Mario por ser mi inspiración en este artículo.

Mientras cambiamos de paradigma disfrutemos del camino.