DEL VIEJO MUNDO HACIA...

Allí abajo, donde reside el desánimo, donde habita la falta de amor, donde reside el dolor. Es un lugar estrecho y oscuro, un lugar donde el alma aprende y el cuerpo padece. 

¿Hasta cuando el ser humano va a necesitar el sufrimiento cómo forma de aprendizaje?

¿Cuando el dolor propio o ajeno dejará de estar en el menú?

Este viejo paradigma de aprendizaje sufriendo y quizá haciendo sufrir está demasiado presente en nuestras sociedades.

La fórmula parece ser el amor a uno mismo y a los demás, dejando atrás lo egoísmos personales, las identificaciones territoriales exacerbadas y otros anclajes que nos hacen ver poco y sentir menos aún. 

La línea del cambio apunta a que a de producirse en conjunto, todos o por lo menos gran parte de la sociedad, que desde la voluntad demanden una sociedad igualitaria, cooperativa, colaborativa y con la tenacidad suficiente para cambiar de modelo social.

Abandonar el rencor, el odio y abrazar el encuentro y el amor entre seres humanos es el puente hacia ese nuevo mundo donde no reside el dolor. 

El puente lleva tiempo en construcción. ¿Nos unimos al proceso?.

LA VIDA QUE SIENTO...


La vida que siento hoy, es la vida que voy creando en el transcurrir de los días y de las semanas. Yo tengo el poder de cambiar las emociones si decido que pensamientos alimentar o dejar pasar. 

Estar presente en mi, implica decidir que pensar, que sentir y que vivir. 

Tenemos el poder de decidir qué sentir, pero para ello necesitamos hacernos cargo de nosotros mismos. 

Parar, meditar, reflexionar, escucharse, conocerse, jugar, celebrar, discernir nos puede ayudar en el proceso. 

En definitiva alimentar nuestra vida con aquello que realmente demanda nuestro corazón. 

Mientras caminamos hacia nuestro sentir verdadero, podemos intentar vivir como niños descubriéndonos en el juego que para ellos es la vida.


AUTOCONOCIMIENTO PARA DAR SENTIDO A LA VIDA



Puede que haya un momento en la vida de cualquier ser humano que se plantee el sentido de su vida. Como seres con consciencia, ese momento puede llegar. 

Llegado ese momento, tenemos la gran posibilidad de atendernos o mirar hacia otro lado. Todo vale. 

Si la opción es sumergirte, quizá esta sea la tarea más importante que emprendas hacia ti. La cual puede que no te reporte nada material y sí, algo vital como tu propio sentido de la vida. 

Los beneficios de encontrar sentido a tu propia vida, pueden ser: 

· Motivación 

· Ilusión 

· Esperanza 

· Amor 

· Propósito 

Es necesario para hallar el sentido a la vida, dedicarse espacios de tiempo para sentirse, para conocerse, para saber que demanda tu esencia. Aquí no vale seguir a otros, aquí vale seguirse, seguir a tu corazón. Y para ello hay que dedicar algo de tiempo a uno mismo. Hay que ir al gimnasio de sentir personal. 

Es esencial querer descubrir quién soy en esencia y quien creo ser según la educación adquirida y recibida. 

Es esencial amarse incondicionalmente y como consecuencia, que ese amor no esté sujeto a ninguna acción o creencia. “Me quiero” sin peros. 

Es esencial “humorizar” los dramas de la vida. 

Es esencial dejarse llevar por lo que uno siente por dentro, observando los pensamientos que tenemos y que en muchas ocasiones nos boicotean el sentir. 

Es esencial el silencio. 

Es esencial el encuentro con un mismo, libre de distractores que nos llevan fuera a habitar espacios vacíos. 

El autoconocimiento es la llave/herramienta para ir encontrando tu propio sentido. Y el amor la linterna que alumbra el camino y su dirección. 

Para encontrar tu propio sentido lo has de buscar en tu interior a través de sentir lo que tú mismo demandas. No busques fuera lo que llevas dentro. Y déjate llevar por ti mismo. 

Confía en ti e inspírate en otros. Y camina según tu sentir.

FELICIDADES VIDA

Foto propiedad de la ONG Amor en Acció.


Hay muchísimos motivos para celebrar la vida y más cuando podemos y estamos en condiciones de tomar las riendas de la misma y ser dueños de lo que queremos vivir. Podemos y tenemos la posibilidad de ir moldeando nuestra vida hacia nuestro verdadero sentir. 

Con la decisión de hacerlo, y la suficiente perseverancia tenemos a nuestro alcance vivir la vida con la consciencia suficiente para que se vaya convirtiendo en un disfrute. 

En el saco personal estilo papa Noel hay que ir colocando nuestros propios regalos: voluntad, ganas, ilusión, autoestima y mucho amor. Mucho amor a uno mismo y a los demás. 

Hay que ser un niño con ojos brillantes que se ilusiona ante cualquier acontecimiento, siempre esperando ese buen momento de los regalos. Y ya de adulto convertirse en ese niño-adulto que se auto regala ilusión, amor, abrazos, encuentros, caricias y sus ojos brillan como los de ese niño que fue y es. 

Celebra la vida y celebra el poder decidir cómo vivirla y sentirla. 

Diseña tu vida hacia tu sentir.

LO ESENCIAL EN MIS RELACIONES

Foto de la ONG Amor en Acció


Las relaciones personales están condicionadas al programa de creencias que cada ser humano tiene en su cerebro. Si es de tu interés cambiar el modelo de relación con los otros, se atisba la necesidad de cambiar de creencias. 

En nuestra educación primera se nos enseña a como relacionarnos a través del ejemplo, principalmente. Y las primeras personas que nos transmiten esto son nuestros familiares. Ellos lo hacen de forma directa e indirecta. Luego está el clan social, el clan cultural, y otros clanes… 

Si uno siente la necesidad de cambiar el modelo de relacionarse pues no acaba de sentirse satisfecho, tiene una oportunidad maravillosa para hacerlo. Necesita conocerse y observase. 

Para poder hacer autoconocimiento, es interesante analizar el concepto o imagen que tenemos de uno mismo y de los demás. 

Como punto súper interesante, habría que responder o definir: ¿Qué pienso de mí?, ¿cómo me trato?, ¿cómo me relaciono conmigo mismo? Responder estas tres simples preguntas puede dar respuesta a como me relaciono con los demás. 

El concepto que tengo de mí mismo también guarda relación con el concepto que tengo de los demás. Si soy una persona muy exigente es muy probable que lo sea con los otros, si me valoro poco, es muy probable que valore poco a los demás. 

Si siento la necesidad de ser amado, posiblemente he de empezar por amarme. 

Por tanto, ante la necesidad de cambiar la forma en que me relaciono, he de cambiar la forma de relacionarme conmigo mismo. 

Si quiero ver las personas desde una nueva visión, quizá más amorosa, he de amarme. 

Por otro lado, abrir consciencia, pues yo veo a los otros desde mi prisma mental. Además, los demás actúan desde su propio programa personal de creencias y yo desde el mío. 

A la hora de hacer un juicio de valor o de discernimiento, he tener presente que actuamos y pensamos en base a un programa personal de creencias. Esto nos puede ayudar a entendernos y entender cómo vivimos la vida y nuestras relaciones. 

Otro paso interesante para crecer es ser suficientemente humildes para no creer que nuestro programa de creencias es el mejor, pues pasaríamos a despreciar a los que tienen otro u otros programas. Tampoco creer que es el peor, pues nos veríamos por debajo de otros. 

Nuestro programa es el que es y en nuestras manos está la posibilidad de cambiarlo por otro que se ajuste más a nuestro sentir personal. Un programa que nos haga ver con un enfoque más alineado a lo que demanda el verdadero sentir. 

¿Y qué demanda nuestro verdadero sentir? 

Esta respuesta está dentro de cada ser. Y solo la puede responder uno mismo si es capaz de regalarse espacios de tiempo a sentirse y conocerse. Mirar hacia dentro apagando distractores externos. 

Aquí surge la necesidad de buscarse espacios para estar solo y desde el silencio aprender a sentirse y conocer lo que demanda nuestro corazón. El corazón es un órgano emocional que no sufre la programación social del momento y por lo tanto, está conectado con nuestra esencia. 

En esencia todo ser humano necesita amor y amar. Si decidimos vivir desde el verdadero sentir, nuestra vida y nuestras relaciones subirían de octavas. Y el programa de creencias lo utilizaríamos para jugar, trabajar y para reírnos de él, en lugar de que sea él mismo el que nos marque nuestras relaciones y nuestra vida consciente. 

Bienvenido a la era del autoconocimiento que nos permite vivir desde el sentir, y que nos conduce hacia una vida más ligera e ingrávida, una vida más luminosa, más amorosa, más compartida, con relaciones de calidad, de amor, de empatía y verdadera amistad, con dosis de menos egoísmo, materialismo y consumismo. Más alineada con nuestra verdadera esencia. La esencia del AMAR.