TRANSCENDIENDO EL MODO DE VIVIR




Vivir en estado de necesidad de aprobación y reconocimiento es condicionar la felicidad y la estima personal. 

Hacer trabajos o proyectos en estado de necesidad de aprobación y reconocimiento esclaviza el amor propio al qué dirán. 

Hacer cosas sin sentirlas, simplemente por no saber decir no, o por no saber reconocer lo que es esencial para nuestra vida es caminar sin saber hacia dónde. 

El autoconocimiento es una herramienta para liberarse, para aprender a sentir, para tomar el camino que más se ajusta a lo que pide nuestra esencia. Para hacer el amor con uno mismo. 

Liberarnos del yugo de ser reconocido es un acto de amor. 

Conviene celebrar o montar una fiesta cuando conseguimos ver a través del autoconocimiento, cuales son los estados de necesidad personales que nos hacen sentir pequeños. 

También conviene embellecer haber vivido o vivir en estado de necesidad de ser valorado, de ser querido, de ser acogido, para salir de cualquier tipo de drama que nos haga sentir culpables por vivir en modo "Pocoyo". 

Los miedos, las dudas, la auto exigencia, los excesos laborales, la falta de amor a uno mismo, son losas pesadas que hay que soltar. 

Conviene dar entrada en nuestra vida y nuestro tiempo personal al conocimiento de las emociones, al sentir nuestra propia respiración, a mirar con amor a cualquier ser humano, a emocionarse ante una película que te toque la fibra. 

Embellecer significa reinos y bromear de aquello que nos hizo sufrir, como herramienta para cambiar la energía de aquello que nos dolió. 

Subir de octavas nuestra vida, convendría que fuese una prioridad esencial. 

Descubrir las acciones que nos suben el ánimo y convierten la vida en fácil, liviana e ingrávida podrían formar parte de nuestro menú diario. 

Y para finalizar, celebremos vivir en estado de necesidad. Como diría el maestro Carlos González Pérez “!Y QUÉ IMPORTA¡”.

LAS CREENCIAS Y LA INFLUENCIA EN EL SER HUMANO




Nuestras creencias “deberías…” 

Deberías trabajar más, deberías ser más constante, deberías ser más inteligente, deberías ser más limpio, deberías estar delgado, deberías tener pareja, deberías …. 

Están más en la línea de hacer sentir mal al ser humano, y el motivo es por la forma en la que nos hemos educado. 

Educamos en el premio o castigo, pero haciendo mucho hincapié en el castigo como premio a la realización de algo que consideramos inadecuado. 

Así, nosotros pasamos a vivir en estado de necesidad de ser valorados desde el exterior cuando hacemos lo considerado correcto para el entorno en el que vivimos. Esto implica que nuestra autoestima está en función de la valoración propia y ajena, con lo cual hacemos depender nuestra estima personal de la valoración que nos hagamos o hagan. 

Ahora en una sociedad cada vez más virtual nuestra estima podría estar dependiente de los “me gusta” que tenga cualquier cosa que pongamos en las redes. 

Para liberarnos o transcender este modelo educativo de premio castigo que nos ha servido, pero que siento que hay que dar un paso más, podríamos hacernos dueños de nuestra estima personal. ¿Y cómo hacer esto? 

Quizá con herramientas sencillas, como: 

· Declararse amor incondicional libre de cualquier pensamiento. 

· Declararse amor incondicional libre de cualquier acción. 

· Declararse amor incondicional libre de cualquier juicio. 

· Declararse amor incondicional libre de cualquier situación traumática. 

· Declararse amor incondicional por derecho personal. 

Liberar nuestra autoestima con la herramienta del autoconocimiento personal es un acto de amor a uno mismo y a la humanidad. 

El camino a un estado más elevado felicidad y amor lo decide uno mismo poniendo consciencia en su propia vida. 

El humor, la risa, el encuentro con personas queridas, el abrazo de corazón, son activadores de felicidad que conviene llevar siempre en nuestra caja de herramientas personales. 

Es momento de dejar atrás el modelo educativo de premio castigo y del deberías, y activar un nuevo modelo. Pasar a un paradigma donde el amor a uno mismo y a los demás sea el motor de nuestras vidas. 

Este paradigma a de transcender cualquier estado de necesidad que nos haga dependientes o nos condicione la autoestima. 

“Caminemos hacia una autoestima de calidad”