ESPERANZA E ILUSIÓN



La esperanza es un estado de ánimo optimista basado en la expectativa de resultados favorables relacionados a eventos o circunstancias de la propia vida.

La esperanza es el nutriente de que en un término razonable de tiempo algo se va a cumplir, y la ilusión es la fuerza que ponemos en nuestro día a día en eso que deseamos que se cumpla. 

Esperanza e ilusión son los ingredientes necesarios para dar sentido a lo que hacemos, vivimos, o queremos vivir. 

Digamos que la ilusión focaliza el propósito o nuestro norte personal, también es el combustible diario que nos activa más allá de nuestros dramas personales. 

La esperanza es la fe depositada en el futuro que nos nutre en el camino de nuestro propósito. 

Tener un propósito situado en el futuro es tener una ilusión diaria que nos permite vivir el presente disfrutando del camino de llegar a nuestra propia meta. 

El camino puede tener subidas, puede tener bajadas, puede tener tropiezos, puede tener encuentros, lo importante es vivir el camino con la suficiente intensidad que nos permita crecer y aprender del mismo. Para ello es recomendable estar consciente de lo que ocurre a nuestro alrededor y no poner toda la mirada en el norte a conseguir. Porque el camino es el aprendizaje, y la experiencia de caminar nos hará maestros de vida a la llegada a la meta. 

Las religiones ponen la esperanza en lo que ocurrirá después de caminar por la vida. Y marcan una hoja de ruta para alcanzarlo. La hoja de ruta es para todos la misma, desde el dogmatismo de cada religión. En el fondo es un camino marcado que puede servir a mucha gente. Lo bueno de todo esto es que, como seres creadores, libres y con esperanza e ilusión propia, podemos generarnos nuestro propio camino u hoja de ruta. Incluso somos libres para marcarnos nuestro propósito sin necesidad de que nadie nos lo marque. ¿Quién sino, puede saber mejor que uno mismo lo que nos hace felices en la vida? 

En conclusión, la confianza en un mismo, el dejarse llevar por lo que uno siente, el sentir tu corazón en armonía con la mente, crean tu propio camino de vida y tu propósito personal, activando la esperanza y la ilusión en tu vida. 

¿A qué esperamos para “autoescucharnos” y sacar de nuestro interior nuestro propósito personal? 

¿A qué esperamos para activar a través del propósito nuestra esperanza e ilusión? 

La esperanza e ilusión, no son más que alimentadores o nutrientes de nuestra vida, de nuestro propósito y de lo que decidimos vivir y hacer en la tierra.

2 comentarios:

  1. Mis padres me enseñaron que para orar se requiere tener amor y fe hacia Dios. Gracias por su publicación.

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