VALORAR, ACEPTAR Y AMAR


Valorar es un acto de amor. Nos ayuda mucho el contraste. Aquello que no nos agrada, ayuda a valorar lo que nos gusta. Desde esta perspectiva, lo que gusta y lo que no gusta forma parte de nuestro propio aprendizaje y autoconocimiento.
Valorar las cosas que tenemos, la vida, la salud, la amistad, el amor, la oportunidad de crecer cada día mirando todo como un  niño ilusionado ante la llegada de los reyes magos o la magia de un ilusionista.
Valorar distanciándonos del juicio de valor, que corroe la valoración objetiva y tiene poca o nula perspectiva. Pues todo lo que gusta y lo que no gusta forma parte de la vida. Todo sirve.
La caída sirve para aprender a andar, sin caída no hay aprendizaje.
Así pues, valoremos con amor toda circunstancia de la vida, toda persona, ser, o experiencia pues de ahí sacaremos nuestra realidad y quienes somos.
Desde la azotea del amor, el caminar se vuelve algo más ligero.
Desde una consciencia más acorde a nuestra verdadera esencia se vive más alineado hacia nuestro propósito de vida.
Desde el agradecer cualquier experiencia, se siente el ser humano mejor.
Desde el abrazar sin juicio de valor al otro se divisa una perspectiva agradable y feliz.
Desde el autoconocimiento personal se valora, acepta y ama la vida en su totalidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario