Siempre nos han dicho lo
importante de aprender a escuchar a los demás, lo que no era tan habitual es
que nos dijeran que aprendiéramos a escuchar nuestro ser, que aprendiéramos a
escuchar nuestro cuerpo.
Formaba y forma parte de nuestra
forma de vivir. Vivimos como sabemos, vivimos como hemos aprendido, vivimos
según las creencias de las familias, vivimos según la sociedad de la formamos
parte.
¿Y cómo vivimos?
No se puede dar una respuesta
única a cómo vivimos, pues depende como he dicho anteriormente de las creencias
de los clanes familiares, las creencias del clan social y el lugar geográfico
donde desarrollamos nuestra vida. Lo qué si me atrevo a decir que en un alto
porcentaje vivimos de puertas hacia fuera, vivimos llevados por las corrientes
y no nos paramos a pensar si la corriente, es nuestra corriente. ¿Qué
consecuencias tiene esto?, pues en general que llevamos ropas parecidas,
hacemos el mismo tipo de fiestas, vamos a los mismos lugares, incluso pensamos
parecido.
A esto planteo unas preguntas:
¿Esta forma de vivir la vida, es
la que se ajusta al sentir particular de cada uno?
¿Esta forma de vivir la vida,
sientes que es tuya?
¿Esta forma de vivir la vida, te
aporta satisfacción, felicidad, entusiasmos, alegría?
Desde mi visión y estado de
conciencia considero importante que empecemos a mirarnos hacia dentro, mirar
cómo nos sentimos, mirar que emociones nos abordan.
¿Qué sientes cuando trabajas, qué
sientes cuando te relacionas, qué sientes cuando estas en una celebración
familiar, qué sientes cuando haces algo para no ser rechazado por los demás,
qué sientes cuando vistes a la moda y cuando no, que sientes cuando descubres
que no sabes lo que quieres hacer, qué sientes al descubrir que quizá no habías
parado nunca a sentir y posiblemente te cueste sentir?
Lo que todos sabemos es que si la
vida que llevamos no nos satisface, no nos hace estar a gusto con nosotros
mismos, no nos sentimos bien el cuerpo baja de energía, y en algunos casos y
después de varios años podemos enfermar.
Por tanto, cuando el cuerpo nos
habla a través de una enfermedad es un momento ideal para parar y revisar nuestra
vida. Es un momento ideal de empezar un trabajo de conocernos, es un
momento de levantar la mirada para mirar dentro de nosotros y sentirnos. Es un
momento en el cual revisar las emociones producidas por el estilo de vida.
Es un momento en el que entramos
en crisis, y crisis significa cambio. Por tanto, cuando el cuerpo habla es un
buen momento de escuchar y hacer cambios. Hacer cambios que nos vengan bien,
cambios que nos acerquen a sentirnos bien, cambios que nos hagan felices.
Os invito a leer el libro de
Anita Moorjani “MORIR PARA SER YO” donde al superar un cáncer linfático analiza
el por qué enfermo, la experiencia de verse morir y los cambios que ha
realizado en su vida después del cáncer.
Molt interessant, Juanjo!! Enhorabona
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