LA DUALIDAD
Señala la existencia de dos
fenómenos o caracteres diferentes de en una misma persona o en un mismo estado
de cosas.
Las nociones del bien y del mal
son un ejemplo de dualidad.
Dualidad en personas como “el
extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”.
En filosofía china apela a la
noción del yin y el yang.
Ante estas definiciones, ¿somos
capaces de reconocernos en DUALIDAD?
Cuando no tenemos claro lo que
somos o quienes somos, y al mismo tiempo nos identificamos con unas
determinadas creencias pertenecientes al momento en que nos toca vivir,
entramos en dualidad.
En dualidad nos identificamos,
nos agarramos o aferramos a unas ideas o ideales para vivir.
La dualidad enfrenta a las
personas, porque cada ser lleva su propio sistema de creencias y su biblioteca
de valores.
En el fondo, todos deseamos ser
felices, pero cada uno de nosotros considera que sus creencias y
consecuentemente su forma de ver y vivir la vida es la mejor. Consecuencia de
eso nos alineamos con formas de pensar e ideologías parecidas donde nos
sentimos cómodos y desde ese lugar nos enfrentamos con otros seres que no cumplen
con nuestros estándares de vida.
Desde la dualidad buscaremos “culpables” fuera y dentro de nosotros a nuestros
dramas. Los “juicios” son las flechas que emite nuestra mente dual.
El primer paso es reconocer que
hemos sido educados en dualidad (en valores), y reconocer que nos relacionamos
desde nuestra mente dual, por eso nos encontramos mejor con unas personas que
con otras, cuando en esencia todos somos seres humanos (y antes de vestirnos de
creencias), en nuestra edad temprana de cero a los tres o cuatro años, todos
somos iguales y nos queremos independientemente de cualquier color, aspecto,
sexo, país de origen, etc…
Una vez reconocida nuestra
mente dual, tendremos que empezar a observarnos en nuestro día a día,
observando nuestras relaciones y la relación con
nosotros mismos.
Reconocer que hemos sido
educados en unos determinados valores ya implica tomar conciencia, ya implica
poder decidir si sigo por eso camino o cambio. Esa decisión es nuestra y solo
nuestra.
Por tanto, hay una explicación
a nuestros dramas: LA DUALIDAD.
El hacer juicio de valor sobre y desde una
determinada perspectiva (la nuestra) sobre nuestra vida y la de los demás.
La dualidad es todo un sistema operativo de nuestro pensar que nos
dirige en una determinada dirección.
Ante este sistema operativo o sistema
DUAL, nos queda hacer rebeldía si siento necesidad de cambio, trabajar el autoconocimiento para
ver lo que demanda mi corazón autentico en comunión con la mente.
Yo entiendo que para saber si
estoy en la dirección que me hace feliz he de sentir paz y amor en lo que hago
y siento.
Es necesario que nuestra mente
y nuestro corazón vibren de felicidad para reconocer que vamos en la dirección,
“en nuestra dirección”.
Por último, si reconozco que toda
mi vida la he vivido en dualidad nos queda embellecerla (no juicio, no trauma), amarla y empezar a vivir
desde nuestro propio sentir.
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