CONVIVENCIA EN EL AULA

CONVIVENCIA EN EL AULA

El aula es un lugar donde se encuentran los alumnos y docentes. Hoy en día es motivo de reflexión lo que ocurre a nivel relaciones-emociones dentro del aula.
Cada docente en función de sus habilidades-herramientas vive el aula de una forma u otra.
Pregunta inquietante:
¿Qué relaciones son convenientes establecer para que estar juntos sea un disfrute y un aprendizaje?.
Antes de contestar o intentar dar una respuesta que se ajuste a las necesidades del momento, es conveniente identificar como son hoy en día las relaciones-convivencia dentro del aula.
En la educación actual se detecta poco disfrute del alumnado y de los docentes, los docentes se quejan de que los alumnos no están motivados, de que no les interesa nada, de que no son respetados y los alumnos se quejan de los profesores no son accesibles,  van a su aire, no explican bien, no tratan a todos por igual, no son justos evaluando, etc.
La realidad es que hay un alto grado de descontento entre alumnos  docentes.
¿Es posible que nos tengamos que cuestionar cómo estamos haciendo las cosas?. Desde mi punto de vista sí, si hay quejas hay información de que algo necesita ser revisado. Si un rodamiento de una máquina se queja (chirria) es porque necesita ser cambiado, ha llegado al final de su vida útil o necesita revisión y engrase. Eso posiblemente esté pasando en la educación que necesite revisión, engrase o cambio.
No hay nada que valga para siempre, por eso es bueno ser conscientes de lo que en el pasado nos sirvió, puede que con el paso del tiempo ya no sirva igual. Empeñarse en utilizar el mismo método de enseñanza que en otro momento fue útil, es como empeñarse en seguir utilizando la máquina de vapor y no  querer cambiar a los trenes de alta velocidad.
Todo el mundo está dispuesto a apostar por una educación en la que el aula sea un lugar de convivencia y felicidad.
¿Pero cómo se hace esto?.
Yo propongo desde mi nivel de consciencia un trabajo más horizontal, menos dogmático, más cercano al alumno y con los criterios evaluativos claros.
El alumno en el aula estaría bien que se sintiese:

  •         Valorado.
  •         Apreciado.
  •         Consultado.
  •         Ayudado en su formación.
  •         Escuchado.
  •         Motivado.


Con unos objetivos que podrían ser:

  •         Fomento la creatividad.
  •         Dar voz y protagonismo al alumno.
  •         Hacerles partícipes de su proceso educativo.
  •         Autovaloración.
  •         Autoestima.
  •         Autoconocimiento.
  •         Aprovechar el potencial individual de cada alumno para crear la clase.

·        Que los alumnos se inspiren unos con otros y nos inspiren en nuestro trabajo.
Considerar al alumno participe y creador de su formación, quizá para llegar a ello nosotros los que estamos en la docencia tenemos que realizar un cambio de visión del alumno y empezar a ver algo más que un alumno, ver un ser humano con un potencial.
Y porque no, revisar nuestra forma de ver y vivir como docentes la forma de trabajar en el aula, lo que es para nosotros importante y por qué, revisar que nos impulsa a trabajar en la educación y cuáles son nuestros valores y creencias que hacen que vivamos cada día. Esos valores y creencias son los que nos hacen llevar la vida que llevamos. Y esos valores y creencias son nuestros.
Pregunta inquietante.
¿Valores y creencias en el fondo no son dogmas de un tiempo en concreto y de una zona geográfica?.
Si la respuesta es afirmativa, habrá que estar atentos a cómo estamos dentro del aula y que valores y creencias estamos transmitiendo.
Aquí quedan mis reflexiones que me inspiran en mi trabajo en el aula.

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