RECONOCER LAS VIRTUDES DE CUALQUIER SER HUMANO




Reconocer las virtudes de cualquier ser humano un ingrediente fundamental en nuestras relaciones. 

Mirar y ver la virtud o virtudes de la persona con la que estás, mirar y agradecer lo que ves, mirar y admirar desde la horizontalidad y el amor. 

Las virtudes de los otros, nos deben servir para inspirarnos en nuestro camino de crecimiento personal, cada ser humano encarna virtudes de forma consciente o inconscientemente. El reconocer la virtud desde el corazón y mostrársela para que él también sienta su propia virtud es un acto de amor al ser humano. 

Llevamos mucho tiempo mostrando aquellas cosas que consideramos de otros que deben mejorar, focalizando la mirada en las cosas que quizá no son dones de ese ser humano observado o juzgado. Y así hacemos que la persona juzgada también focalice su mirada en cosas a mejorar, ralentizando su crecimiento y en muchas ocasiones mermando la autoestima de la persona juzgada. 

¿Por qué no dar valor a aquello que hace bien? 

Somos expertos en encontrar fallos en hijos, hermanos, familiares, políticos, etc… bajo la batuta del juicio. Y cuando esto ocurre el grado de felicidad del que juzga y del juzgado no aumentan, aparecen las tensiones, las discusiones, y las emociones que desempoderan a los seres humanos. 

Es el momento de utilizar la herramienta del juicio para mejor fin, para ver dones y virtudes, y al igual que somos capaces de sacar los defectos y decirlos, sacar las virtudes y decirlas. 

Al dar “luz” a la virtud o virtudes de un ser humano cercano a ti, te sentirás de forma especial, sonreirás, te brillarán los ojos y tu ser palpitará, pues sabes que estás reconociendo la belleza personal de esa persona. La persona reconocida también se sentirá feliz, se sentirá bien, se sentirá reconocida, se sentirá amada y valorada. 

Este reconocer está pensado para crecer, para que la persona dedique su tiempo, su energía en aquello que se le da bien, pues es su don personal. Cuanto más feliz sea cualquier ser humano, mejor vivirá, más feliz estará y más felices podrá hacer a los demás. Por tanto, más se amará y más será capaz de amar. 

Educar en el reconocer, es empoderar. 

Educar en el reconocer, es crecimiento en la dirección de la autoestima. 

Educar en el reconocer, es amar. 



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