VERDAD, AMOR Y ALEGRÍA


Considerar que la vida es solo lo que somos capaces de ver, es como creer que somos conscientes de todo lo que ocurre en el interior del cuerpo.

La vida es un camino hacia uno mismo, hacia el interior de nuestro universo. Allí podemos encontrar a través de nuestra propia exploración lo que somos y lo que nuestra esencia quiere experimentar y vivir.

El mejor regalo que nos podemos dar es experimentarnos, observarnos y dirigir nuestro ser hacia lo que sentimos.  

Nosotros somos creadores y disponemos de herramientas para hacer cosas que produzcan amor, alegría y verdad. 

La verdad, el amor y la alegría que nace de nuestro interior, eriza la piel, impregna el planeta y vitaliza el universo.

La verdad, el amor y la alegría no están fuera de nosotros. Hemos de viajar a nuestro interior para irradiarla. La confianza en uno mismo es clave para vivir y sentir. Y así, hacer que nuestro cuerpo físico irradie, al igual que el sol irradia luz, calor y vida.

Sacar el Dios que somos es creer en uno mismo. Es imaginarnos volando por encima de nuestro propio cuerpo físico y celebrar la alegría de hacer aquello que siente nuestra esencia. Celebrar la verdad de Ser, produce el fluir del amor, al igual que fluye un rio cuando es alimentado por la lluvia. 

La verdad es nuestro cuerpo, la alegría nuestra sangre y el amor nuestra luz saliendo de todas las partes de nuestro Ser para iluminar nuestra Deidad. 

Qué curioso que el ser humano viva en pequeño para darse cuenta de lo grande que es. Qué curioso que tenga que experimentar sentimientos de baja vibración para reconocer que con los de alta se anda mejor. Qué curioso que tenga que rechazar y rechazarse para descubrir que cuando ama, acepta y abraza, vibra y llora de alegría y de amor. Qué curioso que tengamos que vivir lo que no se acopla a nuestra esencia para así ser conscientes de lo que sí.

Escuchémonos y lloraremos de amor, alegría y verdad personal.


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