ESCUCHÉMONOS POR DENTRO


El autorregalo de experimentar la vida es una experiencia personal de autoconocimiento. Las vivencias y experiencias nos muestran cómo vivimos y cómo somos en cada momento. Por otro lado, el cómo somos está impregnado de la programación familiar-social. Esta programación, concuerda con el momento histórico que estamos experimentando la vida. 

Si tomamos la iniciativa de parar a respirar, de parar a sentir, de parar a dudar, sin hacer juicio de valor, sin pretender enfadarse con uno mismo ni con nadie, quizá percibamos que muchas de las acciones que hacemos, las hacemos porque es lo que se hace ahora, porque es lo que toca, lo que se cree que es verdad, o lo que nos cuentan constantemente los medios de comunicación de masas.

Ante lo que nos llega desde el exterior y el impacto que tiene sobre nosotros, está sentir lo que llega desde el interior de uno mismo. Desde fuera puede llegar la verdad de otros, o los intereses de otros. Desde dentro, si nos escuchamos puede llegar nuestra propia verdad, lo que nuestra esencia quiere. 

Es un buen momento para escucharse, pues la clave de lo que sienta bien a uno mismo está dentro, no fuera. Es un buen momento para discernir lo que viene de fuera y lo que viene de dentro. 

Nuestra esencia demanda amor, encuentro, colaboración, sonrisas, acogimiento. Nuestra esencia nos susurra que la vida es tu propio sentir, qué sigas tu intuición, qué te escuches.

Si no escuchamos nuestra propia alma, nuestra experiencia de vida estará gobernada por nuestro cerebro programado e instruido por los clanes familiares, educativos y sociales.

Nuestro cerebro es creativo, pero necesita de nuestra esencia para centrar las creaciones en acciones despojadas de egoísmo. 

El propósito de experimentar este fragmento de nuestra vida en el planeta tierra, es tener la experiencia de saber más de uno mismo.

Escuchémonos por dentro.


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