PEDRO EL INGENIERO DE PUENTES DE CORAZÓN




Pedro es un ingeniero de puentes de corazón, un día sintió su cuerpo indispuesto, las creencias, las herencias del árbol, la genética, sus vivencias, habían hecho transitar su ser por puentes empedrados y antiguos donde pasar, siempre suponía un riesgo. Por este puente pasaban y pasan muchas personas ataviados con muchos enseres, cargas pesadas, ilusiones y desilusiones. El puente es estrecho, sin apenas vallas ni aceras. 

Pasar por el puente sin ayuda de otros que ya hayan pasado antes supone una aventura, un aprendizaje personal e individual. 

Pedro sintió la necesidad de construir un nuevo puente, un puente ancho, bonito, alto, con grandes aceras, y anchos carriles. Pedro que ya había pasado varias veces por el viejo puente sintió que pasar por el nuevo puente sacaría lo mejor de él mismo y de los demás, que además se podría pasar sin necesidad de cargas, que nos dificultasen el paso, que al llegar al otro lado nos esperarían seres humanos llenos de energía, ilusión y amor que nos invitarían a sus casas y a compartir sus experiencias y sus vidas. 

Pedro el ingeniero de puentes, empezó a buscar gente para construir el nuevo puente, gente que también había pasado el viejo puente y que sentían la necesidad como él de construir uno nuevo, que hiciese la vida más liviana, ligera, e ingrávida. Un puente que para aprender no necesitásemos de dramas ni enfermedades. Un puente que además nos llevase a ese lugar que Pedro y todos soñamos, donde los seres humanos vivamos desde el encuentro de corazón, donde nos reconozcamos con la mirada, donde veamos acogimiento, amor, aprecio. 

La construcción del nuevo puente, que hace varios años Pedro ideó e inició, requiere de las habilidades de obreros, ingenieros, constructores, en definitiva, de todos los seres humanos y de sus dones. 

Este nuevo puente está en marcha, y a veces aún necesitamos del viejo puente para llevar cosas al otro lado que creemos necesitar y que a veces necesitamos. Hasta que no acabemos el nuevo puente no podremos dejar de utilizar el viejo, con lo cual pasar por el viejo tendrá sus ventajas y desventajas. Lo curioso de todo esto es que lo viejo siempre nos es útil, siempre aporta, aunque sea de forma dificultosa. 

Pedro está viendo como el nuevo puente está avanzando muy deprisa, y que los nuevos ingenieros de puentes, constructores, transportistas de materiales, etc… que están llegando y visualizando sus planos, se ponen manos a la obra, porque ven en este puente un paso, un avance, un crecimiento, en los seres humanos. 

Este puente nos va a permitir dejar de habitar dramas, nos va permitir vivir desde el sentido de la felicidad, desde el amor, la convivencia, nos va a llevar a habitar la imagen que tenemos del cielo, pero que está en la tierra y que entre todos construimos y construiremos. El puente es la piedra angular, la piedra que hace posible el pasar de habitar la tierra desde el sentido del deber a habitarla desde el sentido de la felicidad y el amor. 

Pedro está feliz, y aunque tenga que pasar de nuevo por el viejo puente para llevar alguna carga pendiente sabe que su paso lleva consigo enseñanza para todo los demás. 

Gracias a la ingeniería de Pedro no tardaremos mucho en acabar el nuevo puente, no necesitaremos viejos puentes, ni sufrimiento para aprender. 

Pedro en breve disfrutará físicamente de la finalización del nuevo puente, que tanto tiempo lleva disfrutando en su imaginación. 

Gracias maestro por ser un ingeniero de corazón.

1 comentario:

  1. Felicidades Juanjo por sacar a la luz a tu Pedro y mostrarlo al mundo, invitando así a construir muchos puentes de corazón. Debe ser hermoso mirar al viejo puente desde el nuevo, descubrir los detalles que no se podían ver por falta de perspectiva cuando éramos sólo peatones del viejo ¡Qué hermosas postales podremos sacar del viejo puente desde las perspectivas del nuevo! De hecho, una de la funciones del nuevo es descubrir las bellezas ocultas del viejo. Gracias, constructor de puentes de corazón.

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