PRESENCIA Y VISIBILIDAD



Estar presente en uno mismo es ser consciente del cuerpo y la mente. Es darse cuenta de lo que fluye por la mente en cada instante y con ojos curiosos observar la multitud de pensamientos y emociones que podemos llegar a tener y sentir.

En algunas ocasiones me sorprendo de haber llegado a algún lugar sin apenas sentir el camino, sin ver el vuelo de los pájaros, o el sonido del agua al pasar por un rio.

Estar presente nos puede ayudar a no perdernos en un mar de pensamientos y emociones. Además, nos puede ayudar a aclarar aquello que nos ayuda o nos aúpa a estados emocionales agradables.

La presencia se nutre de muchas maneras, una de ellas puede ser caminar despacito para sentir, caminar con consciencia y con la confianza personal de que lo que vale es el camino y no el punto final. Otra, es meditar con el objetivo de ser el propio observador de los pensamientos.

La presencia personal nos puede ayudar a dar visibilidad a los otros, una visibilidad que ayuda a subir de octavas al ser humano. Visibilizar es reconocer, amar y aceptar.

Estar presente para visibilizar al niño que necesita la mirada de amor de su padre o maestro, estar presente para visibilizar al anciano que al igual que el niño, también necesita de ser visto y reconocido. Visibilizar a tu compañero/a de trabajo con una simple sonrisa que le dice que lo ves.

Pero el mayor regalo que nos podemos hacer es visibilizarnos a nosotros mismos, reconocernos, aceptarnos y amarnos. 

Como dice una amiga "te veo" y solo con esta expresión dentro de mí se activa una emoción agradable y de confianza.

Practiquemos la presencia y la visibilidad.

Feliz día y feliz camino.

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