LAS CAMISETAS IDENTITARIAS Y NUESTRA VERDADERA IDENTIDAD






La imagen con la que nos identificamos es la camiseta que nos ponemos para reconocernos y que nos reconozcan. 

Nuestra auto definición identitaria nos hace reconocernos cómo:  De derechas, de izquierdas, de los Rolling Stones, del barça, del madrid, cristiano, musulmán, budista, etc… 

Cuanto más nos identificamos con una o unas identidades más aprieta la camiseta, pudiendo convertirse en camisa de fuerza la cual deja poco movimiento al ser humano. 

Por otro lado, el aferrarse identitarimente y creer que nuestra identidad es la mejor y juzgar que otras no las son, trae como consecuencia la separación entre seres humanos. Trae la no aceptación, la disputa, la defensa identitaria, y en la historia de la humanidad la muerte por no identificarse según una identidad dominante del momento. 

No somos suficientemente conscientes de lo que realmente es un ser humano, no somos conscientes que la identidad, con la que un ser humano se siente identificado obedece a factores como: lugar de nacimiento, momento social, clan familiar, clan social, etc... 

Hemos de avanzar como seres humanos hacia una identidad de ciudadanos del mundo. Visualizando a los seres humanos en igualdad y reconociendo el juego de las camisetas y las malas pasadas de que creer que nuestra camiseta o identidad es la válida y las otras no, hemos de reconocer, que la cesión total de nuestra verdadera identidad como ser humano a unas creencias nos une a unos y nos separa de otros.

Hemos de avanzar en la consciencia de que las identidades son como camisetas, y que está bien llevarlas, pero son simplemente camisetas, que cuando hacemos el juego de quitarnolas aparece la verdadera esencia del ser humano. ¿Por qué no jugar a ser un día de una ideología y otra día de otra para sentirse? Quizá así podríamos ver o ser conscientes que el ser humnano es algo más que una identidad adquierida. 

Y me pregunto, ¿hasta cuándo vamos a seguir con el juego del desencuentro entre seres humanos?, ¿cuándo educaremos a nuestros hijos haciéndoles conscientes del juego de las camisetas y sus consecuencias?, ¿cuándo el amor a todos los seres vivos pasará a ser el menú principal en los currículos educativos? 

Nosotros tenemos el potencial de sentir, sentir que nos hace estar y ser más felices y hemos de reconocer que el encuentro, el abrazo, el contacto físico, el amor, la ayuda, la empatía, producen en nuestro cuerpo una vibración que se ajusta como un guante a nuestro verdadero ser. Y también, hemos de reconocer que las camisetas identitarias no producen esos mismos efectos. 

Para terminar con este artículo conviene definir lo que es un ser humano. 

Un ser humano es un organismo formado por más de tres mil millones de células. 

El ser humano contiene emociones, pensamientos, creencias, estados de necesidad. El autoconocimiento da visibilidad a todo esto. Sin autoconocimiento algunas emociones, creencias, y estados de necesidad se pueden convertirse en lastres, dramas y desilusiones. 

Por otro lado, se sabemos que las células tienen conciencia, sienten, vibran y padecen. En función de las emociones que sienta el organismo llamado ser humano. 

“La biología de la creencia”. Dr. Bruce H. Lipton, biólogo celular. 

Elevemos pues la imagen de nosotros mismos, de lo que realmente somos, de lo que realmente nos produce felicidad, estima personal, estima social, estima mundial. Y reconozcamos el juego de las identidades desde la aceptación, y la belleza de que, a través de ellas buscamos todos lo mismo. Aunque sea a través del desencuentro por cesión de identidad a creencias del momento. 

Vivamos la belleza personal de reconocernos más allá de la camiseta que nos ponemos para vivir.



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