CRECER DESDE LOS CLANES



Los clanes nos ofrecen acogimiento, seguridad, integración, etc… Los clanes son como las madres que nos alimentan, protegen y nos cuidan de pequeños y a veces de no tan pequeños.


A cambio el clan te pide que estés dentro, que te rijas según sus pautas, según sus creencias, según sus ilusiones y según sus estados de necesidad. 

Un clan puede considerarse como un organismo compuesto por diferentes seres humanos. 

El miembro o miembros que necesitan otras experiencias, han de empezar su propio camino hacia su autoconocimiento. Un camino de reconocer quien es, y lo que realmente siente, un camino como todos los caminos con subidas, bajadas y sus zonas llanas. 

Los clanes no son amantes de los cambios, y trabajan para su propia existencia y permanecia. Si el clan siente que es atacado, desde dentro o desde fuera no duba en defenderse o defender. 

Un acto de amor de los clanes hacia todos sus miembros es amar sin pedir nada a cambio. Un acto de amor de los clanes es reconocer la individualidad de cada ser humano y animarle a que haga lo que realmente siente. Un acto de amor de los clanes es no querer imponer sus creencias, sus ilusiones y sus estados de necesidad. 

Un acto de amor de cualquier ser humano en búsqueda de su verdadero sentir y camino es reconocer el clan donde se apoyó. Un acto de amor de cualquier ser humano que decide abandonar un clan es amarlo y amar a cada uno de sus miembros pues con ellos aprendió lo quería y lo que no. Un acto de amor es también dar las gracias. 

La sabiduría de ver y entender que todas las experiencias de vida vividas y que viviremos son para saber de nosotros mismos, son experiencias que necesitamos vivir y sentir para conocernos. Y las personas con las que experimentamos la vida nuestros maestros. 

Al igual que tu ser puede pedirte llegado el momento independizarte de tus padres y crear quizá tu propia familia, también tu ser puede pedirte abandonar un determinado clan. 

El soltarse de lo que te alimenta a nivel físico o emocional, puede traer miedo, sensación de rechazo, de autorechazo, de culpa. ¿Pero quién no ha tenido miedo la primera vez que se ha lanzado a realizar algo nuevo? O ¿Cuántas veces desde dentro de la familia te han desanimado a realizar algo por miedo a lo nuevo? 

Estas emociones son emociones limitantes que dificultan el crecimiento personal y que hay que sentir para posteriormente soltar. ¿Quién no siente miedo la primera vez que va a realizar algo nuevo? Por ejemplo “lanzarse en ala delta”. El miedo está ahí, el que lo vence luego experimenta el placer de volar. 

El soltarse, el soltar venciendo tus propias limitaciones emocionales o de la índole que sean nos va a proporcionar otras experiencias como puede ser “volar”. 

Volar es una experiencia ingrávida y gentil, escrita por Machado a la que todos podemos acceder. 

Y amar es el combustible para volar ingrávidos y gentiles.

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