EL CAMINO DE ESTHER



Esther es un ser precioso que considera que ha vivido experiencias desempoderantes y que de vez en cuanto la han hecho dudar de sí misma, Esther es una buscadora incansable de su propósito y de su felicidad. 

Esther ya ha vivido bastantes experiencias, ha tenido tiempo para su análisis, ha reflexionado sobre todas ellas y ha interiorizado el aprendizaje que traían. A comprendido que todas y cada una de ellas eran para su crecimiento personal. 

Ella necesita como todo ser humano confiar que anda por el camino correcto, siente miedo ante la posibilidad de equivocarse de camino, pero acaba de caer en consciencia de que no hay camino equivocado que el camino que escoge es el que ella necesita para crecer. Por lo cual se siente feliz al ver que no hay camino bueno ni camino malo. Simplemente son los caminos, son sus caminos. 

Ante esta entrada de consciencia se da cuenta que las experiencias que ella sentía como desempoderantes, fueron experiencias de crecimiento, fueron las experiencias que ella necesitaba vivir. 

Siente que el juicio y el miedo no le dejaban ver, entiende que la dualidad le hacía juzgar sus experiencias como buenas y malas, reconoce que algunas no las disfruto, pues placenteras no le eran, pero ahora desde la perspectiva que le da haberlas andado y el entendimiento de haberlas vivido las valora desde un juicio de discernimiento que le abren todo el aprendizaje que se escondía a sus ojos cuando las estaba experimentando. 

A partir de esta nueva consciencia, se ha propuesto ante cualquier circunstancia de la vida, parar y sentirla, además de tomare su tiempo para reconocer el mensaje que trae. Se ha propuesto no hacer juicio de valor pues sabe que mientras anda la experiencia no tiene toda la información para hacer balance. 

Su rostro se ilumina y su sonrisa asoma al saborear que todo es vida, y que todo lo que tiene que andar es para crecer, para ver más de lo que ve, para aprender amarse, para aprender amar, para reconocer su propósito y visualizar su don. 

Simbólicamente Esther ha adquirido unas gafas de realidad aumentada, unos prismáticos y una linterna que utiliza cuando quiere ver más de lo que en ese momento ve. Lo curioso de esto es que le funciona, con lo cual su ser sube de octavas y disfruta.

Esther está feliz sabiendo que su camino es un camino personal quizá diseñado por ella misma y por su propia sabiduría, para el aporte de todo lo que ella necesita. 

Esther ahora siente felicidad.

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