¿POR QUÉ NOS CUESTA AMARNOS?




El autoconocimiento cobra vital importancia si queremos vivir un efecto luna de miel en nuestra vida. (Como dice el Biólogo celular Bruce Lipton). 

Tomar consciencia que hemos sido educados en un proceso dual (bueno o malo, verdad o mentira, mis creencias son verdades y las tuyas no), que tenemos un programa instalado, un programa de creencias que nos hacen vivir o sobrevivir la vida.

Desde nuestros programas de creencias nos posicionamos en la vida, nos enfrentamos, dejamos de relacionarnos e incluso nos agredimos, nos amamos y sentimos. 

El conocer y reconocer que dispongo de un programa, que hace que tengamos una visión de la vida de una forma determinada y que otro ser humano lleva otro programa, que puede ser distinto e incluso no compatibles entre sí, es un avance en nuestro autoconocimiento. 

Las creencias son necesarias, son los pilares en las que nos apoyamos. Pero, echar un ojo y hacer revisión de ellas nos da perspectiva y mayor consciencia. 

Cuando nosotros los seres humanos por un tema de creencias, o identificaciones con ideologías, nos enfrentamos perdemos la posibilidad de amarnos. 

En una democracia de corazón los seres humanos han de poder hablar, exponer sus ideas, escuchar las de los demás, ver en que puedo crecer estando compartiendo creencias con el otro, entender a los otros, ver desde que plataforma de creencias vive, respetarse, buscar el crecimiento mutuo, y hacer cambios cuando el corazón en comunión con la mente así nos lo marque. Aferrarse siempre a un sistema de creencias limita el crecimiento personal y social. Tampoco está de más, ser consciente que nadie tiene derecho a cambiar las creencias de los demás. 

Un ser humano cambia sus creencias cuando es su momento y a propia voluntad, (no se puede obligar a dar a luz a una mujer embarazada de 3 meses, no es el momento). 

Cobra vital importancia la mirada de corazón a cualquier ser humano. Ser conscientes que cada ser humano actúa de forma consciente o inconscientemente según su propio sistema de creencias o programa. Por lo tanto, si esto lo llegamos a entender podríamos hacernos algunas preguntas. ¿tiene algún sentido juzgar a otro ser humano desde mi sistema de creencias, siendo consciente de que el otro lo mueve su propio sistema de creencias? ¿no será mejor ir educando a las nuevas generaciones explicándoles cómo nos manejan los programas que llevamos dentro? ¿evitaríamos enfrentamientos, desencuentros, y otros dramas? 

¿Desde una mirada de corazón, dejaríamos de aferrarnos a nuestras verdades absolutas y dejaríamos de ver al que piensa distinto como posible enemigo al que derrotar? 

Propongo hacer autoconocimiento, autoescucha interior y exterior. Propongo dejar de juzgar al otro y empezar a mirar con amor, a cualquier ser humano. Propongo dejar el juicio destructivo y empezar a educarnos desde el juicio de discernimiento. Este tipo de juicio nos habilita mayor perspectiva y no tiene intención de hacer daño.

Como dijo un ser humano un muy avanzado hace más de 2000 años: "Ama al prójimo como a ti mismo".


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario