Vivimos en una sociedad en la que tenemos poco hábito de “reconocer” acciones, aportaciones, trabajos que mejoran la vida de las personas y la sociedad.
Tenemos el hábito de sacar a la luz lo negativo, lo denso, e invertimos muchas energías en comunicar lo que otros hacen mal según nuestro propio sistema de creencias. Sobre todo, si hay un interés personal o grupal de apagar a un ser humano o un colectivo.
Posiblemente creamos que para brillar haya que apagar a otros. Pues lo que llevamos haciendo desde hace muchos siglos. Es lo que hacemos constantemente cuando nos posicionamos e intentamos imponer nuestro sistema de creencias personales o grupales.
Me pregunto, ¿qué pasaría si reconociésemos las acciones que cualquier ser humano hace como aporte de mejora a la sociedad? Independientemente de que tenga unas creencias u otras, independientemente de que coincidan o no con mis propias creencias.
En esta sociedad no tenemos problema en apagar a aquel ser humano que piense distinto mediante el descredito, no tenemos problema en rechazar al ser humano que consideramos diferente. Me pregunto ¿hay seres humanos diferentes?
El egoísmo personal o grupal trae la “separación” entre seres humanos, la falta de diálogo y la falta de escucha apoyan la separación, y el juicio de valor desde unas creencias de bajo nivel de consciencia apuntalan la misma.
La herramienta que nos puede ayudar a crecer como sociedad y hermanos de corazón es el crecimiento personal. El crecimiento personal hace que uno mismo se reconozca y entienda por qué ve la vida como la ve, por qué tiene unas ideas y no otras, por qué hace juicios de valor y desde dónde los hace. El autoconocimiento nos permite ver más y mejor, el autoconocimiento es nuestra gafa personal.
Cambiemos el desafecto por afecto, cambiemos el enjuiciarnos por hablar, preguntar y escuchar, cambiemos la separación por la unión, vayamos hacia el encuentro personal y grupal. Todos somos necesarios, todos podemos vivir en paz y armonía.
Podríamos empezar por:
Dar luz a los aportes positivos de cualquier ser humano.
Cambiar del juicio de valor al juicio de discernimiento.
Realizar trabajo de autoconocimiento personal y grupal.
Amarse y amar al ser humano.
Embellecer al ser humano es creer en él. El ser humano es capaz de hacer cosas maravillosas, y otras no tanto. (las cosas densas también las hace porque cree en ellas, probablemente tiene un sistema de creencias de bajo nivel y para ser cambiadas)
Ahora que estamos en campaña por el poder y cada agrupación desde sus creencias quiere aportar algo a la sociedad, no caigamos en apagar mediante el descredito para brillar. Si queremos lo mejor de la sociedad no debe ser desde el enfrentamiento y la lucha, ha de ser desde la integración, cooperación y desde el amor a todos.
Cambiando de actitud embellecemos al ser humano, nos embellecemos.
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